Las palabras faltan cuando se tiene que escribir una historia como la siguiente. Lorenzo Schoonbaert, de 41 años, decidió ponerle fin al sufrimiento que le provocó el cáncer durante los últimos 20 años, en los que fue operado en 37 ocasiones, con la eutanasia.
La eutanasia está permitida en Bélgica desde hace trece años y los doctores acordaron que Lorenzo podía terminar con su propia vida. Antes de que el momento de decir adiós llegara, Lorre, como era conocido por sus amigos, tenía un último deseo: ver al equipo de sus amores por última vez.
«Mi mayor deseo antes de morir es ver a mi equipo ganar una vez más», le dijo Lorenzo a su familiares.
Lorenzo era hincha del Club Brujas desde que tiene memoria y, antes de partir, pudo disfrutar de la victoria de su equipo ante Mouscron en el Estadio Jan Breydel, el lugar en donde comenzó su historia de amor por el Blauw-Zwart
El 01 de marzo de 2015 más de 20,000 aficionados llenaron el Estadio Jan Breydel, pero no era para ver el Brujas vs Mouscron. Era para ver el último partido de un aficionado más, era para decirle adiós a Lorenzo Schoonbaert.
Lorenzo acudió a su último partido acompañado por su esposa y pequeña hija, con quienes tuvo la oportunidad de ingresar al campo para hacer el saque de honor. La hinchada coreó como nunca el You’ll Never Walk Alone mientras él jugaba con su hija de 7 años en el círculo central.
Luego de haber recibido el homenaje de la afición, Lorre vio junto a su familia cómo su equipo ganó tres a cero y mantuvo el líderato general en la Primera División de Bélgica. Al final del partido, Lorenzo no pudo ocultar su felicidad: «Estoy increíblemente feliz. Esto será algo que mi hija nunca olvidará y que podrá disfrutar por el resto de su vida. Mi último sueño se hizo realidad y ahora puedo morir en paz. Celebraré desde el cielo».
Desde el pasado lunes 2 de marzo, Lorenzo ya descansa en paz.