Iker sabía que él y sus compañeros habían hecho un partido terrible ante el Schalke 04, pero en sus 15 años como profesional tiene claro que siempre hay que darla cara. Tras el silbatazo final, el arquero español se acercó al circulo del mediocampo para agradecerle a la afición que asistió al Santiago Bernabéu.
El campeón del mundo en 2010 y bicampeón de Europa llamó a sus compañeros que estaban cerca para que se le unieran. Cristiano, de lo poco rescatable del Real Madrid en este partido, estaba furioso tras el papelón y quería salir cuanto antes del terreno de juego. Iker se percató que el portugués se estaba marchando y lo impidió.
Casillas buscó a CR7 y lo llevó al círculo central para que le agradeciera a la afición y escuchara los merecidos silbidos al equipo: