Se demoraron más de la cuenta, pero ya llegaron las CONCLUSIONES INVICTAS sobre la final del Apertura 2016 entre Tigres UANL y América. Fue un partido de locos, así que hay muchas cosas que compartir. Esperamos sus apuntes en la parte baja de la nota.
→ La apuesta táctica de los finalistas. América, en la suya. Repitió XI e idea. La Volpe mantuvo su línea de cinco (prácticamente todo el encuentro), habilitó a Guerero como central de inicio, soltó más a Sambueza en su rol de interior y acompañó a Oribe Peralta con Michael Arroyo, quien centralizó más su juego de lo habitual. Tigres UANL, por su parte, no cambió su plan 4-2-3-1 ó 4-2-2-2 (a ratos). Eso sí, a diferencia de lo que se vio en la ida, mandó a Dueñas al mediocentro (posición en la que rinde mejor) y ubicó a Iván Estada como lateral derecho. Si bien se nos antojó ver a Zelarayán en el complemento para arriesgar más, mentiríamos si decimos que el señor Ferretti hizo algo que nos sorprendiera para intentar ganar el partido.
→ Un primer tiempo sin mucho que contar. Minutos de reconocimiento, de respeto y de pocas emociones. América inició mejor y Tigres UANL se adueñó del balón sobre el final. Pese a eso, no hubo generación y la ocasión de mayor peligro fue un disparo de media distancia del señor Aquino. Hemos de confesar que, por la localia y poderío, esperamos mucho más de los de San Nicolás de los Garza, pero, conociendo a su cuerpo técnico, tampoco nos extrañó. Sabíamos que buscarían ganarlo sin volverse locos ni arriesgar como muchos lo haríamos dadas las circunstancias (diferencia entre planteles, escenario a nuestro favor y momento en la eliminatoria).
→ Damián Álvarez, un cambio que le vino a Tigres UANL. Curioso o no, la lesión de Javier Aquino le vino bien a Tigres UANL. Damián, un jugador que se sabe todas, se pegó a la banda izquierda y fue el jugador ofensivo que más incomodó a la defensiva americanista. Haciendo la que siempre hace (mostrando la croqueta y enganchando hacia su perfil), el jugador nacido en Argentina le dio otra dinámica a los embates felinos. Nos gustó tanto su labor que no podíamos dejar de destacarlo.
→ El desastre arbitral en el Universitario. Si la final se lleno de emoción, comentarios y mentadas de madre, tristemente, no fue por el fútbol. Fue por el espantoso trabajo arbitral. El señor Rojas se devoró un claro penal de Rubens Sambueza sobre Ismael Sosa, una roja a Michael Arroyo, un penal de Damián Álvarez sobre Rubens Sambueza, una roja a Iván Estrada y se guardó varias tarjetas. ¡Ah! Y en la primera parte, en el inicio del encuentro, no se pitó un penal tras una clara carga sobre Renato Ibarra. El cuerpo arbitral armó su pachanga y provocó que, por momentos, el partido se saliera de control. Con arbitrajes como el de anoche, seguiremos lejos del nivel que, como Liga, pretendemos alcanzar. No se debe jugar así con la entrega, disposición y deseo de un grupo de jugadores.
→ La polémica por la bronca. Fue el resultado de todo lo que permitió el árbitro central. Los jugadores se sintieron con la libertad de hacer cualquier cosa y estuvimos a nada de presenciar una batalla campal. Mal Gignac, por ser quien fue a buscar el problema en el banco americanista. Y mal La Volpe por ponerse de tú a tú con un futbolista. Después, lo que todos vimos. Entendemos las rojas de Rivas y Ventura Alvarado, pero no que se haya guardado tres o cuatro rojas más y la tarjeta a Goltz. En el escenario ideal, se tuvieron que haber ido, además de Rivas y Alvarado, Gignac, La Volpe, Guerrero y Delort. El árbitro, claramente, quiso dejar a ambos equipos en igualdad numérica en la cancha para no joder lo que quedaba de final. Al juez se le escapó la final y el cómo manejó esta situación es la prueba contundente…
→ André-Pierre Gignac y su manera de vivir con la vida. Lo queremos con la vida por su fútbol, pero no se le puede consentir tanto. Pelea contra todos, le reclama a los árbitros como si estuviera en la calle y nadie lo frena. El arbitraje lo está respetando muchísimo y el francés está abusando de la permisividad. Habrá que frenarlo con base en tarjetas, porque no es cosa de un día. Partido a partido hace su show y nadie lo sanciona. Al margen de que no es la persona más indicada y que siempre reprobaremos su falta de equilibrio emocional, ¿cuántas tarjetas tendría un tipo como Sambueza con las actitudes de Gignac? Exacto… Eso sí, que todo este cotorreo no nos haga olvidar una realidad: Gignac es el mejor jugador de la Liga (probablemente del continente) y ha hecho historia, de manera acelerada, en el fútbol mexicano. 2 títulos de Liga MX, 1 título de goleo, 3 Balones de Oro, finales internacionales y 44 goles en poco más de un año. Por lo que genera y por lo que juega, el mejor fichaje que ha hecho Tigres UANL desde su fundación (ojo: mejor fichaje. El debate del mejor jugador de Tigres UANL lo dejamos para otro día).
→ La tarjeta que mandó todo al carajo para América. Hubo un montón de decisiones arbitrales que pudieron cambiar la historia, pero, partiendo de lo que sí se señaló y sancionó, el momento que cambia la final para América es la imprudente roja a Rubens Sambueza. Se podrá hablar mucho de si la falta de la segunda amarilla era o no acreedora de tarjeta, pero el ’14’ sí que dio argumentos. Con tu equipo ganando y jugando con superioridad numérica, no puedes regalarte así en una jugada que no lleva nada. Sambueza le ha dado muchas cosas positivas a América, e incluso empezó el 2016 a un nivel altísimo, pero, al menos a nuestro juicio, su ciclo podría cerrarse mañana mismo. No sólo es su falta de control y su flojo desempeño (al menos en cancha) como capitán, sino el tema futbolístico. Nadie entregó más balones como Rubens en este cierre de año. Nadie. Su continuidad de garantizó en Japón, así que suena difícil que se le acomode en otro equipo. Pero, si sigue, que sea sin el gafete, porque la cinta no es un adorno y está claro que, por más arengas que haga, Rubens no tiene la inteligencia emocional para ser el capitán del Club América. ¿Candidato a la capitanía? Pablito Aguilar.
→ Jesús Dueñas y Damm, la dupla del título. Nahuel Guzmán fue el gran héroe de la noche, pero el show del argentino se habría cancelado sin este par. Jurgen se dio cuenta de que pasan buenas cosas cuando se levanta la cara previo a un centro y Dueñas, en su tercer remate, la mandó a guardar con una sutileza digna de ‘9’. Los dos son mexicanos. Y lo mencionamos porque sí, en un momento de tensión, el futbolista mexicano puede marcar diferencia. Se deberá trabajar mucho en el tema de los jugadores extranjeros. Acá nunca estaremos en contra de que futbolistas de otros países vengan a aportar, pero hay que cerrar -un poco más- el número de plazas y hay que imponer restricciones más importantes (partidos en competencias internacionales, alguna participación internacional con su selección etc.) para que sean candidatos a venir a la Liga MX. Extranjeros de calidad, sí. Petardos desconocidos traídos por promotores, no.
→ Nahuel Guzmán, el showman. Consciente de que el momento anímico era de Tigres UANL y que los jugadores de América no se recuperaban del impacto del empate sobre la hora, Nahuel canchereó. El árbitro lo dejó hacer todo y el argentino, como en el barrio, inició un juego psicológico/verbal, en el que cayeron todos los jugadores americanistas. Por supuesto que los futbolistas de ambos equipos saben patear penales, pero, en esta clase de instancias, todo pasa por la mente. No. Los penales no son lotería ni un volado, son el resultado de un duelo psicológico durísimo. Y ahí, Nhauel Guzmán despedazó al América. Mientras los jugadores del club de Coapa dudaron, Nahuel creyó más que los Looney Tunes tras tomarse el agua especial que inventó Bugs Bunny, JA.
→ Jugadores que nos agradaron de la final. No se hablará mucho de ellos por el desenlace de la final, pero creemos que vale la pena resaltar el trabajo de Iván Estrada, Hugo Ayala, Damián Álvarez, Guido, Renato Ibarra, Paolo Goltz y Pablito Aguilar. Los mejores de la cancha, en un partido más peleado que jugado.
→ Refuerzos para América. La idea de La Volpe se nota: salir jugando como modo de vida. El tema es que faltan algunas piezas para poder hacerlo. Hay que ir por laterales sí o sí, sobre todo en el sector izquierdo. Hay que ir por un interior y hay que buscar a un jugador distinto para la zona de mediapunta. América tiene una base importante a mantener (empezando por la central), pero deberían abrir la chequera previo al próximo torneo.
→ Ricardo Ferretti y la época más gloriosa de Tigres UANL. Es así. El señor Ferretti es el DT más ganador en la historia de Tigres UANL y uno de los más ganadores en la historia del fútbol mexicano. Sabemos que, quizá, no es el momento y que muchos nos recordarán a nuestra progenitora, pero acá seguimos pensando que Tigres puede aspirar a mucho más. Lo del Tuca es para ponerse de pie porque, bajo su dirección técnica, el equipo encontró solidez y estabilidad, pero no vemos mucho avance en el juego. Aprovechando lo que ha aportado Ferretti y, por supuesto, el señor Rodríguez, Tigres UANL debería pensar como lo que pretende ser: un grande. Y los grandes, además de ganar, suelen fijarse en cómo ganan. Entendemos que la afición regiomontana, acostumbrada a épocas en las que ni siquiera se pensaba en ser campeón, no coincidirá con nosotros, pero, por plantel, infraestructura y afición, es el siguiente paso (la forma). Y con El Tuca, por más buenos resultados que vengan, las formas no cambiarán (eso dicen sus más de 1000 partidos en Primera). Probablemente suena mal que lo digamos a unas horas de que conquistó un nuevo título, pero lo hemos comentado antes, cuando las cosas no iban tan bien, y lo comentamos ahora, con todo y la Copa en brazos. Para ser grande no sólo hay que contar con un plantel de grande y tener una afición/instalaciones de grande, hay que aspirar a jugar como grande.