Su padre es español, así que creció viendo el fútbol ibérico en casa. Si bien no era de disfrutar mucho los juegos por TV, comenzó a seguir los partidos de la Primera División de España y solía sentarse junto a sus familiares para disfrutar de los encuentros más importantes.
El Clásico era, sin duda, el duelo más esperado en la casa Gómez. La familia siempre fue del Real Madrid, pero hubo uno que no quiso sumarse a la tradición. ¿Su nombre? MARIO. Al pequeño nadie le decía qué hacer en cuestiones de fútbol y, aunque trataron de guiarlo hacia el camino blanco, terminó decantándose por el FC Barcelona.
«La mayoría de las veces veíamos partidos de la Primera División de España en nuestra casa, y no había partido más importante que El Clásico. Cada que Real Madrid se enfrentaba al FC Barcelona, todos mis tíos y primos venían a nuestra casa. Los jerseys de Raúl llenaba nuestra sala, así como los gritos y cánticos durante 90 minutos. Toda mi familia era aficionada del Real Madrid, pero, cuando se trata de fútbol, nadie puede decirme qué hacer. Así que decidí hacerme del FC Barcelona», relató, en una carta que escribió para ThePlayersTribune.
¿Por qué decidió apoyar al FC Barcelona? «En parte por ser diferente, pero otra parte era porque me encantaba ver a los jugadores brasileños: Ronaldinho, Rivaldo y, mi favorito de todos los tiempos, Romário. Su nombre sonaba como el mío y, como niño, era suficiente para mí. Pero además, admiraba la ligereza con la que Romário se movía dentro del área —era muy hábil — y el espacio que era capaz de crear por su propia cuenta».
¿Sabías que..? En 2015 y 2016, Mario Gómez fue vinculado con el FC Barcelona. Se le manejó como opción para ser el cuarto delantero del club catalán. Al final, terminó volviendo a Alemania para jugar con el Wolfsburg.