Sobrepasó cualquier sentimiento de rivalidad o antipatía. Fue tan grande que hacía que hasta los aficionados del club rival se pararan y le aplaudieran por sus extraordinarias exhibiciones.
Ronaldo de Assis Moreira es el único futbolista en el mundo que puede decir que fue ovacionado por la afición rival en el mítico Santiago Bernabéu y el glorioso Estadio Azteca.
Fue un artista. Un artista que, con un balón en los pies, generaba emociones indescriptibles entre los que tuvimos la fortuna de seguir su carrera futbolística.
LA OVACIÓN EN EL SANTIAGO BERNABÉU
Noviembre del 2005. Con Ronaldinho como principal protagonista, FC Barcelona goleó (0-3) al Real Madrid en la cancha del Santiago Bernabéu. El equipo comandado por el nacido en Porto Alegre le pintó la cara al Madrid, en el que militaban jugadores como Zinedine Zidane, David Beckham, Ronaldo Nazário da Lima, Robinho, Raúl González e Iker Casillas.
La afición del Real Madrid, que además de serle incondicional a su equipo le es incondicional al buen fútbol, se puso de pie y ovacionó al entonces mejor jugador del planeta. El madridismo había sido encantado por un mago que no necesitó varita para presentar su espectáculo…
“El día del partido en el Bernabéu fue una experiencia muy linda. Siempre los Clásicos, siempre, son distintos, ¿no? Y en España más todavía. Ese fue un gran partido, no solo mío, sino de todo el equipo. Nosotros jugamos muy bien, me acuerdo muy bien de todo el partido. Pocos jugadores han tenido esta felicidad, en un Clásico la afición del mayor rival, el rival más grande, te aplauda. Pocos han tenido esta felicidad”, dice Dinho a 10 años de aquella exhibición mágica.
LA OVACIÓN EN EL ESTADIO AZTECA
Abril del 2015. Un Ronaldinho de 35 años de edad se metió a la cancha en la que Maradona y Pelé se hicieron inmortales para ganarse una inolvidable ovación. Fue suplente y, en sus pocos minutos en la cancha, se despachó con un doblete.
América fue goleado por Querétaro (0-4), pero los aficionados del club de Coapa se olvidaron un poco del resultado para rendirle tributo a uno de los mejores futbolistas de la época. “Que me haya pasado (ser ovacionado) en el Santiago Bernabéu y ahora aquí (en el Azteca) es algo que nunca olvidaré“, dijo el futbolista brasileño tras el encuentro.
Dos momentos que se guardarán por siempre en la historia del fútbol. El legado del astro brasileño va mucho más allá de los escudos que defendió. Es ídolo en los clubes en los que jugó, pero el fútbol mundial lo respeta por todo lo que le regaló al deporte más hermoso del mundo.