Lionel Messi se equivocó. La sanción puede parecer exagerada por algo que es común en cualquier partido de carácter oficial pero, si te vas al reglamento, hay poco que decir. El máximo organismo en el mundo del fútbol sí puede actuar de oficio (art. 77) y el ’10’ sí ‘ofendió el honor de una persona con gestos injuriosos o palabras’ (art 57).
El tema acá es el procedimiento. Los árbitros no incluyeron nada sobre los insultos en su acta. Es más, Messi ni siquiera vio una tarjeta amarilla, pese a qué cerró el partido metiéndose duramente con el abanderado que le pitó una -supuesta- infracción sobre Jean Beausejour.
El ’10’ insultó a una autoridad y las reglas ahí están, pero cómo se manejó todo esto no termina por cuadrarnos. Muchos apelan a antecedentes recientes, pero, ¿son situaciones similares a las de Messi? No. Varios de los casos que mencionan los aficionados SÍ fueron señalados/reportados por los árbitros y, posteriormente, vino la sanción.
Hace no mucho tiempo, Gary Medel y Jorge Valdivia (4 partidos, como Messi) se fueron sancionados por varios encuentros por insultos al árbitro central, pero ellos sí vieron la roja y ambos quedaron reportados en en el acta. Es decir: no se actuó de oficio para sancionarlos.
Muchos otros hablan de las situaciones de Neymar, Luis Suárez o el propio Gonzalo Jara, y también son casos completamente distintos: Neymar (Copa América 2015) sí vio la roja, y lo suyo fue un balonazo/cabezazo. Jara, por su episodio del dedo a Cavani (Copa América 2015), sí fue sancionado de oficio, pero se trató de un castigo de CONMEBOL (no FIFA) que, a la postre, fue reducido por la apelación de Chile. Y lo de Suárez también se atendió de oficio, pero no fue un tema de insultos, sino una mordida juzgada con antecedentes en la mano.
En pocas palabras y para no apelar a más acciones del pasado: es la primera vez que la FIFA sanciona de oficio por insultos en toda la historia de las eliminatorias de CONMEBOL.
CONCLUSIÓN
Perfecto que se le haya sancionado a Messi, pero el procedimiento, sin ningún tipo de duda, es extraño. Se sienta un precedente, porque, a partir de este momento, cualquier insulto a los cuerpos arbitrales, sea o no reportado por los colegiados, debería ser sancionado por la FIFA. CUALQUIERA.
La sensación que nos queda es que la FIFA aprovechó todo lo que significa Messi para tratar de lanzar un mensaje sobre el cambio en el organismo tras el escándalo de corrupción y toda la polémica con Blatter. Perfecto. El tema será que mantengan esta mano dura y, si esto sucede, vemos dos escenarios posibles: los jugadores dejan de insultar a los árbitros (ojalá) o se arma un carnaval de antología en el mundo (federaciones reclamando, medios de comunicación mostrando imágenes de insultos buscando que sancionen a ciertos jugadores etc).
Nos gustaría pensar que sucederá lo del primer escenario, pero no lo tenemos tan claro…