Los medios oficiales de AS Roma se encargaron de compartir la carta que Francesco Totti le dedicó a toda su afición en su último discurso como jugador del club de su vida en la cancha del Stadio Olímpico. No hay mucho que agregar, sólo disfrútenlo:
EL ÚLTIMO ADIÓS DE FRANCESCO TOTTI:
«Gracias, Roma.
Gracias a mi papá, mamá, hermano, familiares y amigos.
Gracias a mi esposa y a mis tres hijos.
Quiero comenzar con el final -con las despedidas- porque no sé si seré capaz de terminar de leer estas líneas.
Es imposible resumir 28 años en unas cuantas oraciones.
Me gustaría hacerlo con una canción o una poesía, pero no puedo escribir ninguna.
A lo largo de los años, he tratado de expresarme a través de mis pies, que han hecho todo más sencillo para mí desde que era un niño.
Hablando de mi infancia, ¿pueden adivinar cuál era mi juguete favorito? Una pelota, por supuesto. Y lo sigue siendo hasta ahora.
Pero en cierto punto de la vida, te vuelves grande -es lo que me han dicho y es lo que el tiempo ha decidido.
Maldito tiempo.
Recordando el 17 de junio de 2001, ahí todos queríamos que el tiempo pasara más rápido.
No podíamos esperar para que el árbitro pitara el silbatazo final.
Todavía tengo la piel de gallina ahora cuando pienso en ello.
Hoy, el tiempo me tocó el hombro y me dijo:
‘Tenemos que crecer. Desde mañana serás un adulto. Quítate esos shorts y esas botas porque a partir de mañana, eres un hombre. No podrás disfrutar del olor a césped, del sol en tu rostro mientras corres a la portería rival, la adrenalina que te consume y la emoción de celebrar’.
En los últimos meses me he preguntado a mí mismo por qué me estaban despertando de este sueño.
Imaginen que eres un niño teniendo un buen sueño… y tu madre llega y te levanta para ir a la escuela.
Tú lo que quieres es seguir soñando… intentar volver a tu sueño, pero nunca puedes regresar.
Pero en esta ocasión, no es un sueño, es la realidad.
Y yo ya no puedo volver a esa realidad.
Quiero dedicarle esta carta a todos ustedes, a todos los niños que me han apoyado. A los niños de ayer, que han crecido y se han convertido en padres, y a los niños de hoy, que quizá gritan ‘Tottigol’.
Me gustaría pensar que para ustedes, mi carrera se ha convertido en una historia de ensueño para contar.
Ahora todo se terminó.
Me quito este jersey por última vez. Y lo doblaré, aunque no esté listo para decir ‘suficiente’ y quizá nunca lo estaré.
Perdónenme por no dar entrevistas y aclarar mis pensamientos, pero no es sencillo apagar la luz.
Tengo miedo. Y no es el mismo miedo que sientes cuando estás enfrente de la portería para tirar un penal.
En esta ocasión, no puedo ver cómo luce el futuro a través de los agujeros de la red.
Permítanme tener miedo.
En esta ocasión, soy yo el que los necesita con todo el amor que siempre me han demostrado.
Con su apoyo, podré tener éxito en dejar atrás esta página y lanzarme hacia una nueva aventura.
Ahora es tiempo de agradecerle a todos mis compañeros, entrenadores, directores, presidentes y todos los que han trabajado conmigo durante tanto tiempo.
A los aficionados y a la Curva Sud, una guía para todos los romanos y romanistas.
Nacer romano y ser romanista es un privilegio.
Ser el capitán de este equipo es un honor.
Ustedes son y siempre serán mi vida. Ya no los emocionaré con mis pies, pero mi corazón siempre estará con ustedes.
Ahora bajaré por la escaleras y entraré al vestuario que me dio la bienvenida como un niño y ahora me deja salir como un hombre.
Estoy orgulloso y feliz de haberles regalado 28 años de amor.
Los amo».
—Francesco Totti.