Falló Juan Carlos Osorio, no anduvieron bien varios jugadores, no tuvimos pegada y nos enfrentamos a una selección fantástica. Todo se conjuntó para que México, de nueva cuenta, encajara una goleada a nivel internacional. Muchas cosas que apuntar, Invictos. Trataremos de ser lo más claro posible.
MÉXICO, ELIMINADO DE LA COPA CONFEDERACIONES
➔ El principal error de Osorio. Ni sacar Aquino, ni meter a GIovani, ni guardarse a Carlos Vela. El error más grave del colombiano -y lo apuntamos desde que salió la lista- fue no llevar a un mediocentro defensivo nominal (Molina, El Burrito o El Gallito). Y no estamos cargando contra Héctor Herrera. El jugador del Porto estuvo sensacional organizando con balón, el problema vino al momento de defender. No se el apoyó con interiores de recorrido/soporte (Guardado en fase de grupos y Giovani ante Alemania) y, al no sentir el puesto, le comieron la espalda constantemente.
➔ El planteamiento ante Alemania. 4-3-3. Ochoa; Layún, Araujo, Moreno, Alanís (lateral); Herrera, Jonathan, Giovani (interior y, por ratos, mediapunta); Raúl Jiménez (extremo), Chicharito y Javier Aquino. Sorprendió muchísimo la inclusión de Oswaldo Alanís, sabiendo que Luis Reyes, que juega en ese puesto con Atlas, estaba disponible. Y llamó la atención la inclusión de Giovani dos Santos, quien estuvo realmente mal ante Nueva Zelanda. ¿Qué pasó con estos jugadores? Alanís, mal; en parte por no jugar en su posición nominal (ha jugado ahí, pero no es donde mejor rinde). Y Giovani: bien con balón y terrible al momento de defender. Se equivocó Osorio. Insistimos en que la falla principal es lo del mediocentro, pero, entendiendo que no llevó a ninguno, se pudo plantear un mejor partido con lo disponible. Luis Reyes debió ser titular, Marco Fabián debió tener más minutos que Giovani dos Santos y Carlos Vela, pese a que no estuvo brillante en largos lapsos de la presente Confederaciones, no debió ver todo el partido desde el banquillo.
➔ El problema defensivo inicia desde el mediocampo. Durante toda la Copa estuvimos leyendo: ‘la defensiva de México es el problema’. Es cierto que los futbolistas que jugaron atrás estuvieron debajo de su nivel, pero la problemática inicia desde el medio. Y, al momento de analizar por qué nuestra zona medular se vio tan rota, la respuesta siempre es la misma: hizo falta un mediocentro de músculo, de referencia y de buena ubicación. No estamos tratando de decir que, con un Molina, Vázquez o Jorge Hernández, hubiésemos vencido a Alemania, pero sí creemos que, con un verdadero ‘5’, se hubiera competido de mejor manera. La avenida entre las dos últimas líneas fue muchísima ventaja para jugadores con el talento de Draxler y Goretzka.
➔ El rival al que enfrentamos. Para muchos: ‘Alemania B’. Y sí, es un cuadro juvenil. Pero hay de equipos jóvenes a equipos jóvenes. De este XI, Kimmich, Draxler y Jonas Hector son titulares en el cuadro de lujo. Y futbolistas como Timo Werner, Leon Goretzka y el propio Emre Can estaban para competir un puesto desde antes de que se disputara esta competición. La diferencia entre ambas selecciones no es de 4-1, pero sí se nos da una cucharada de realidad. En estas instancias no debes conceder tanto. Porque, si lo haces, te pones 2-0 antes del minuto diez.
➔ Carlos Vela y 90 minutos en el banco. Es nuestro jugador distinto. Nos engañaríamos si decimos que estaba teniendo una Copa Confederaciones fantástica, pero no se puede -debe- quedar todo el partido en el banquillo. Tuvo que haber jugado. O de inicio o de revulsivo, pero tuvo que pisar la cancha. Osorio argumenta que creyó que Jiménez competiría más por la fortaleza de los alemanes, pero la cosa no iba por ahí. Raúl ha tenido buenas actuaciones cargado hacia los costados (más en Benfica que en el TRI), pero le cuesta más que jugando como ‘9’ o segunda punta. Además, llevar el duelo al renglón físico es darle ventaja a los alemanes, quienes, en este escenario, saben limitarse a chocar, anticipar e incomodar. Hizo falta desequilibrio. Y eso, precisamente, es lo que aportan extremos como Carlitos.
➔ La mejor noticia de la Copa Confederaciones. Si algo tenemos que destacar de este certamen es la graduación de Jonathan dos Santos a nivel internacional. Insistimos en que debe controlar las revoluciones (suele desorganizarse por su deseo de presionar y recuperar balones), pero ha sido el mejor jugador mexicano en el campeonato. Ahora mismo, es el único puesto que Osorio debería considerar cubierto en el mediocampo.
➔ México, la falta de contundencia y Marc-André ter Stegen. Después de los fatídicos diez minutos iniciales, México reaccionó (que no era fácil) y llegó a poner en complicaciones a Alemania. Sin tanta lucidez, quizá, pero hilvanó dos o tres jugadas colectivas que pudieron cambiar la historia. No sigue faltando eso que tienen las selecciones importantes, en momentos de alta tensión: pegada. Alemania tuvo dos en el inicios, las clavó. Werner falló una ante Memo Ochoa, pero la segunda que tuvo, que era cuando México parecía iba a reaccionar, la clavó. ¿A qué queremos llegar con esto? A que, a pesar de todos los errores que ya hemos mencionados, México tuvo la calidad para generar ocasiones y, de haber tenido contundencia, pudo llevar a Alemania al límite. El salto de calidad.
➔ El crecimiento de Chicharito. Muchos se quedan con la jugada que tuvo ante Marc-André ter Stegen (el portero le achicó de maravilla y el balón llevaba recorrido hacia arriba), pero Javier, en la Copa Confederaciones 2017, exhibió lo mucho que ha crecido fuera del área. Hizo cambios de juego, condujo, aguantó, provocó faltas en tres cuartos de cancha y participó de poste. Quien no lo haya notado, vio poco al TRI. Y para los que confundidos: no hacemos estos apuntes porque nos sigue en Twitter (muchos, increíblemente, nos lo han escrito), lo hacemos porque es lo que vemos. Antes de que nos siguiera (llevamos casi 5 años en esto), también lo elogiábamos muchísimo y apuntábamos cuando erraba. Nada cambia.
➔ La noche del capitán Moreno. El mejor defensor mexicano del momento, pero estuvo mal ante los alemanes. Como muchos, creemos que Alanís pudo hacer más en ambos goles, pero de Héctor tiene mayor grado de responsabilidad. Mala entrega en un intento de salida, gol de Goretzka. No corta a Werner y, corriendo hacia su portería, Goretzka se comió su espalda. Héctor/Alanís abrieron los espacios, Alemania los aprovechó. Dejando claro que es un baluarte para el actual TRI, uno de las peores noches que le recordamos con la Selección absoluta de México.
➔ Sacar Aquino y meter a Lozano. En situación de desventaja es normal querer meter a un jugador como Hirving Lozano. El tema acá fue que Osorio optó por sacar al futbolista de banda con más y mejores recorridos: Javier Aquino. Si no era el partido para Vela, Osorio debió intentar con El Chucky (derecha; ahí dañó ante Honduras y Rusia) y Aquino acompañando.
➔ Miguel Layún no anduvo. Luchó y se entregó, pero no fue su torneo. Quitando los 45 minutos del segundo tiempo ante Rusia, Miguel estuvo lejos de la versión que le vimos con Porto en la temporada 2015/16 (hace un año). Pesó la falta de continuidad con la que cerró la campaña. Nunca deja de correr y suele llegar con cierto sentido al campo rival, la situación es que está falto de confianza y no está tomando las mejores decisiones. Miguel quedó a deber, y se tiene que decir.
➔ Los inventos de Osorio. ¿Alanís como lateral? Llegó a jugar ahí con Tecos. ¿Salcedo como marcador por derecha? Ahí jugó en su etapa con Fiorentina. ¿Reyes como central, lateral o mediocentro? No desconoce ninguno de los tres puestos. ¿Layún de lateral derecho? Ha jugado en ambos perfiles. ¿Raúl Jiménez como extremo? Ahí ha jugado varias veces con el Benfica. ¿Herrera mediocentro? Llegó a jugar con el Porto ahí. Juan Carlos Osorio no está inventando nada. No puso al Chicharito de mediocentro o a Layún de centrodelantero. Eso sí, una vez que ha visto el rendimiento de ciertos jugadores en posiciones que sí conocen, pero no es donde mejor han rendido, es momento de sacar conclusiones. Ante equipos verticales y dinámicos, descartemos a Alanís/Salcedo como laterales. Ante equipos sólidos y físicos defensivamente, que Raúl compita en el centro y extremos nominales traten de desequilibrar. Y ante equipos propositivos y con jugadores de servicios rompe-líneas, un mediocentro de verdadera contención.
➔ El resultadismo en México. La pregunta que más nos hicieron tras el partido fue: «¿sigues creyendo en Osorio, Invictos?». Seguimos creyendo en el trabajo. Seguimos creyendo que los jugadores de esta selección tienen calidad. Y seguimos creyendo que Osorio ampliará su análisis y se dará cuenta de las fallas que se han cometido en las dos últimas Copas importantes que hemos disputado. Osorio tiene algo que cuesta muchísimo conseguir: el respeto y la confianza de su grupo de trabajo. Debe explotarla. Insistimos: han sido duras llamadas de atención, pero aún están a tiempo. Si esta derrota y la de Chile se analizan a fondo, puede ser realmente valiosas en el futuro de la Selección de México.
➔ La autocrítica. Queremos pensar que es por las pulsaciones a las que se termina un partido oficial, pero el análisis de Osorio no nos terminó por cuadrar. La explicación que dio en el tema de Vela, hacer mucho énfasis en las ausencias de Reyes/Salcedo y decir que no se arrepiente de no llevar a un mediocentro nominal nos parecen pruebas que está perdiendo una cualidad fundamental: la autocrítica. Confiamos en que pasen los días, se siente y analice a detalle la participación de México en esta Copa Confederaciones, porque, si se queda con esas reflexiones, de nada servirán estas derrotas. Creer que se perdió porque un equipo la metió y el otro no, es un análisis superficial y simplista. Coincidimos en que el 4-1 fue un marcador muy severo y que México -ofensivamente- trabajo algo más, pero Osorio debe darse cuenta que, con otro plan, se pudo competir de mejor manera. Lo que viene en el proceso de Juan Carlos dependerá de si nota -o no- de que se equivocó esta noche. Si analiza, reconoce y ajusta, México crecerá. Si no lo hace, es probable que viva algo como lo de esta noche. Aceptar que te equivocaste en algo no es traicionarse, es avanzar. Conte lo hizo en Chelsea y no le fue nada mal en la Premier League, ¿verdad?
➔ Reflexión final. Fiesta nacional cuando hay un triunfo importante y pedimos exilio cuando hay una caída considerable. No hay punto medio. Siempre al extremo. No hay tiempo para análisis. No queremos entender lo que se hace mal para mejorar y no nos damos el tiempo de destacar lo que se hace bien para replicar. Por eso hay estancamiento. La crítica no es constructiva. Se señala para derrumbar, no para ayudar. Hay que aprender a asumir las derrotas y las victorias como lo que son: parte de la búsqueda del éxito. No habrá verdaderos resultados sin trabajo. No habrá proceso sin continuidad. Y no habrá crecimiento sin aprendizaje.
Lo de México es cultural. Debemos cambiar. Lo que pasa con el TRI es un reflejo de lo que somos. Nada cambia. Los medios revientan por decreto y el oportunismo de la afición es el pan de cada día. Todos en el barco tras el triunfo y todos se bajan en los momentos duros. Del «me quiero casar con -inserte el jugador en turno-» al «estos jugadores no sirven y el técnico es un fraude», en cuestión de minutos. Por supuesto que se deben puntualizar las fallas y se debe criticar, pero estos apuntes deben servir para sumar. El primer rival al que se enfrenta la Selección de México es su propio entorno. Desde ahí, sin importar quién coño sea el director técnico, vamos perdiendo…