El camino no ha sido nada sencillo para Antoine Griezmann. Su carrera pudo haber terminado antes de haber comenzado cuando fue rechazo por el Lyon, equipo al que siempre alentó cuando vivía en Francia.
Probó suerte en el modesto Unión du Football Mâconnais y, cuando la diferencia con el resto de sus compañeros comenzó a notarse, pronto buscó acomodo en alguno de los equipos más importantes del fútbol francés. Los resultados no fueron los esperados y tuvo que seguir trabajando con Mâconnais.
Su suerte cambió por completo cuando un ojeador de la Real Sociedad lo observó en un torneo jugado en París. Le vio cualidades interesantes, le invitó a San Sebastián y ahí comenzó su aventura futbolistica.
Antoine se convirtió en una de las joyas de la cantera de la Real Sociedad, debutó en 2009, con apenas 18 años de edad, y logró consolidarse en el primer equipo. Formó con Carlos Vela una dupla que causó sensación en la Liga y llegó a disputar la UEFA Champions League.
Se ganó el cariño de toda la afición en Anoeta, pero decidió que era momento de emigrar a un equipo con mayor protaginismo en España y en el verano de 2014 aceptó la oferta del Atlético de Madrid.
El 9 de noviembre de 2014 enfrentó a su ex equipo en la que fue su casa durante 10 años y el resultado terminó siendo negativo para los colchoneros. Sin embargo, los de Simeone tomaron ravancha en el Vicente Calderon y, en esta ocasión, Griezmann perforó la portería de la Real Sociedad.
En la victoria colchonera de 2-0 ante los txuri-urdin, Griezmann aprovechó un rebote que dejó Rulli para hacer el segundo tanto del Atleti. Antoine no podía festejar el gol que le hizo al equipo que siempre confió en él.
Cabeza abajo y mirada al suelo…