Hace 16 años, el mundo entero disfrutó de una de las mejores finales en toda la historia del deporte. Manchester United y Bayern Munich se enfrentaron en el Camp Nou en búsqueda de coronar una temporada mágica con la UEFA Champions League. Los red devils se instalaron en la fina de la máxima competición europea a nivel clubes tras vencer en rondas KO al Internazionale y la Juventus, mientras que Bayern llegó al último partido de la competencia luego de dejar en el camino al Kaiserslautern y Dinamo Kiev.
El antecedente de los choques entre ambas escuadras era muy reciente, ya que se habían visto las caras en la fase de grupos. En esos dos partidos, el resultado fue un empate (2-2 y 1-1), así que era difícil quién sería el campeón de la competencia. Los de Sir Alex Ferguson y Ottmar Hitzfeld sabían que se trataría de un duelo parejísimo.
La final arrancó y Bayern Munich sorprendió con una anotación tempranera de Mario Basler. El momento anímico era de los bávaros y, con el pasar de los minutos, la orejona se veía más cerca. El tiempo regular había terminado, parecía que los del Allianz Arena regresarían a casa con una nueva Copa de Europa, pero el tiempo de compensación llegó y todo cambio…
Una pierna milagrosa de Teddy Sheringham apareció para empatar el partido al 91′ y, después, al 93′, Ole Gunnar Solskjær, el asesino con cara de niño, firmó la remontada y provocó la explosión del Camp Nou. En dos minutos, Manchester United había conseguido algo que no pudo en 90 minutos de tiempo regular. Oliver Kahn, Lothar Matthäus y toda la afición del Bayern no lo podían creer…
Schmeichel, Neville, Stam, Johnsen, Irwin, Giggs, Butt, Beckham, Blomqvist, Cole, Yorke, Sherringham y Solksjaer acaban de escribir un noche épica en la historia del fútbol.
Por si fuera poco, este título significó el PRIMER TRIPLETE (Copa, Liga y Champions) que consiguió un club inglés en toda la historia. La NOCHE MÁGICA del Manchester United.