Venezolano. Nació en una popular zona de Caracas, Catia. Desde sus primeros años mostró un talento impresionante para hacer deporte. Era alto y espigado, por lo que no solamente le entraba al fútbol, también practicaba basketball.
Quienes lo vieron en una duela aseguran que tenía muy buenas condiciones para jugar basketball. Era el armador de su equipo y su máximo ídolo era Michael Jordan. Si a estas alturas del partido aún se preguntan por qué Rondón ha portado el dorsal 23 en casi toda su carrera lo hace como homenaje al legendario Jordan.
Rondón disfrutaba mucho jugando basketball, pero el fútbol seguía en su vida. Sus padres se dieron cuenta que tenía unas condiciones bárbaras para jugar a la pelota y lo encausaron con mayor formalidad al rectángulo verde. En el campo del fútbol no era el armador, sino el matador. Su instinto goleador y cualidades físicas lo llevaron a colocarse como centrodelantero.
Debutó profesionalmente con apenas 16 años de edad. Brilló en Venezuela y comenzó a despertar el interés de clubes del fútbol europeo. Sin el consentimiento de su club y la FIFA entrometida en el caso, Salo llegó al viejo continente con apenas 18 años de edad, donde comenzaría una aventura que nunca imaginó…
En Venezuela se sabía de él, pero su fama creció de forma escandalosa tras el Mundial Juvenil del 2009, donde dejó claro que era uno de los jugadores jóvenes con mayor proyección en el fútbol sudamericano. Sus buenas actuaciones con Las Palmas y la selección juvenil de Venezuela lo llevaron al Málaga, club en el que dejó claro que las cosas con él iban en serio.
Tras colocarse como el hombre gol del club blanquiazul, la Liga de Rusia tocó a su puerta. Con contratos multimillonarios de por medio, el venezolano pasó por Rubin Kazan y Zenit, instituciones en las que cumplió con cuotas goleadoras muy importantes. Pasó 3 años en Rusia y, ahora, asumió el reto más importante de su carrera: jugar en la Premier League.
No tenemos duda de que la historia del GLADIADOR VENEZOLANO continuará….