Steven Gerrard vivió una de sus mejores etapas como futbolista profesional bajo la dirección técnica de Rafa Benítez, actual entrenador del Real Madrid, pero lo que se veía dentro de la cancha era muy diferente a lo que pasaba fuera de ella.
Daily Mail se encargó de publicar un fragmento de la autobiografía Steven Gerrard: My Story en el que el histórico mediocampista inglés cuenta la extraña relación que tuvo con el estratega español durante casi seis años.
Lo que más revuelo ha causado en Inglaterra es la historia en la que el eterno capitán del Liverpool relata el episodio que vivió su madre cuando conoció a Benítez hace más de una década:
«No creo que Rafa Benítez me guste como persona. No sé la razón, pero tengo ese sentimiento. Quizá fue algo que surgió antes de que hablara conmigo, cuando él conoció a mi madre.
Rafa llegó a Liverpool en junio de 2004, cuando yo estaba jugando con Inglaterra la Eurocopa en Portugal. Aunque estaba siendo reemplazado por Rafa, Gerard Houllier era muy cercano a mí y viajó con mi madre a Portugal para ver el juego ante Croacia. Ahí se encontraron con Rafa.
Gerard presentó a Rafa con mi madre. Rafa le dio la mano, le dijo hola y de inmediato le preguntó: ‘¿A Steven le gusta el dinero?’ Después de las palabras de cualquier introducción, esas fueron las primeras palabras que Rafa le dijo a mi madre. Yo pensé: ‘¿Qué clase de pregunta es esa?».
En otro de los fragmentos compartidos por el medio citado, Gerrard deja claro que, a pesar de que Benítez fue el mejor estratega por el que fue dirigido en Liverpool, actualmente no tiene ninguna relación con él.
«Yo puedo levantar el teléfono y hablar con todos los entrenadores que tuve en Liverpool, menos con Rafa. Es una pena porque probablemente vivimos juntos la mejor noche de nuestras carreras en la final de la Champions League de 2005 en Estambul, pero realmente no tenemos ningún vinculo.
Nuestra relación de trabajo era ultra profesional y su frialdad me llevó a convertirme en un mejor jugador. En el aspecto humano prefiero a entrenadores como Gerard Houllier o Brendan Rodgers, pero en términos de fútbol no me importa trabajar con entrenadores fríos. Una relación sin emociones como las que tuve con Benítez o Capello pueden producir más éxito».