11 de octubre de 2013. México se jugaba, ante Panamá, el todo por el todo en las eliminatorias mundialistas. Una derrota prácticamente nos dejaba sin Copa del Mundo, ya que en las jornadas anteriores habíamos perdido ante Honduras y Estados Unidos.
El proceso lo inició José Manuel de la Torre, pero este partido lo dirigió Víctor Manuel Vucetich, quien llegó como ‘bombero’ para tratar de apagar el incendio que se vivía en el interior del tricolor desde hace un buen rato.
El partido empezó bien para México. En el 1T, los verdes fueron superiores a Panamá y lograron ponerse en ventaja con una conexión Hernández y Oribe Peralta. Parecía que no tendríamos problemas para llevarnos los tres puntos, pero todo se complicó en el segundo tiempo. Al 58′, Chicharito falló un penal y, al 81′, Luis Tejada, un viejo conocido del fútbol mexicano, igualó el marcador.
Las cosas se estaban yendo al carajo: la afición mexicana no podía creer lo que estaba viendo. Con este resultado aún había posibilidades matemáticas, pero la esperanza se reducían muchísimo. Se tenía que ganar a como diera lugar.
Desesperado por la situación, Vucetich mandó al campo a Raúl Jiménez, el canterano americanista ingreso ante la incredulidad de los aficionados mexicanos, quienes esperaban ver el debut del naturalizado Lucas Lobos en este momento tan complicado.
Raúl respondería a la confianza del DT… Al 85′, tras un centro de Fernando Arce, regaló uno de los mejores goles en la historia del fútbol mexicano. El nacido en Hidalgo no controló del todo bien el balón y, al ver la redonda elevada, sacó un espectacular chilena que dejó pasmado a Penedo. El gol que lo dio vida a México. El gol de con el que siempre soñó Raúl Jiménez.
Después, con todo y este triunfo, hicimos un papelón en la última jornada ante Costa Rica que casi nos cuesta la eliminación. Afortunadamente nuestros gringos consentidos nos echaron la mano y nos metimos en repechaje. Vaya momento.