Durante prácticamente todo el partido de vuelta de los Octavos de Final de la Copa del Rey entre Sevilla y Real Madrid en la cancha del Ramón Sánchez Pizjuán, un sector de aficionados del club andaluz (Biris Norte) se la pasó increpando a Sergio Ramos, jugador que creció y se formó en la institución del Nervión.
Sergio aguantó, pero, cuando se dispuso a patear un penal en el complemento, los insultos se agudizaron y no pudo contenerse más… Una vez que convirtió la pena máxima a lo Panenka, el capitán del Real Madrid se dirigió a los ‘ultras’ del Sevilla y les festejó el gol con todo.
Se disculpó con el resto de seguidores que se dieron cita en el mítico inmueble español, pero muchos se quedaron con la primera imagen y cargaron con todo contra el campeón del mundo. Los gritos «Sergio Ramos, mueréte» y «Sergio Ramos, hijo de puta», sonaron más que nunca.