Lo que pintaba para ser la previa para un partido europeo más terminó siendo el momento más duro en la vida de Marc Bartra. El español vivió como nadie el ataque terrorista que sufrió el autobús del Borussia Dortmund y, en su participación para el programa El Hormiguero, compartió lo mucho que sufrió.
EL DESGARRADOR RELATO DE BARTE SOBRE EL ATENTADO
Todo iba normal. «Salimos del hotel, donde estamos siempre, bajamos hacia el bus. Y, bueno, me acuerdo que hice unas cuantas fotos con unos fans que nos vinieron a ver, porque era un partido importante: Cuartos de Final de Champions».
Un partido importante. «Subimos al bus, yo fui de los últimos en subirme. Estaba súper tranquilo porque, al final, iba a hacer lo que más me gusta, ¿no? Era un momento en el que la gente se veía concentrada, era un partido importante».
Las cosas cambiaron en un abrir y cerrar de ojos. «¿Siempre me siento donde mismo? Siempre. En la parte de atrás, a la derecha. Fui a sentarme, el bus empezó, yo estaba en el móvil, hablando con mis amigos en el grupo o en Instagram, no recuerdo. Y nada. En un abrir y cerrar de ojos como que… no sé. Paso de la tranquilidad y el silencio a abrir los ojos, a ver muchísimo humo. Los oídos me pitaban, no oía nada. Entonces, me vino como un viento terrible, muy caliente. El móvil se me disparó porque no sé que recibí, como un balazo era. La metralla».
Miedo. «En ese momento, vi las caras de mis compañeros, empecé a tener mucho miedo porque no sabíamos qué pasaba. Yo no podía ni moverme, me tiré al suelo también».
Gritaba de dolor. «Estaba en el suelo, mucho dolor de cabeza, muy mareado, con mucho dolor en el brazo, la mano como que me colgaba. No podía moverla. Empezamos todos a gritar de miedo, pero yo de dolor. Yo le decía al doctor que viniera y el problema es que no sabíamos si movernos o no, si vendrían más».
No se podía dormir. «Hasta que no sé cuánto tiempo pasó, vino la fisio, que es una chica. Y yo como que me quería dormir, no me sentía bien, de lo mal que estaba pues… la fisio me daba unos guantazos en la cara y me decía: ‘no te duermas, Marc’, pero me lo decía llorando. Y ahí me di cuenta, digo: ‘Marc, no te puedes dormir, si te duermes quizá no vuelvas a abrir los ojos, y si te viene otra bomba o yo qué se…». Comencé a pensar mucho en mi hija y Meli (prometida), que me necesitaban y que no podía cerrar los ojos».
El reencuentro con su familia. «De verdad que cuando vi a Meli fue como si le diera mi primer beso otra vez. Yo ya veía que estaba vivo. Hacedme lo que tengáis que hacer, cortadme el brazo si queréis… Hasta pensé que no volvería a jugar al fútbol”.
Tras el terrible episodio, Marc estuvo 1 mes fuera de las canchas y volvió a tener actividad en uno de los últimos duelos de la Bundesliga 2016/17. En aquella tarde, los aficionados se le entregaron en el Signal Iduna Park.
«Creo que el atentado me ha cambiado. Ahora el mañana lo veo muy lejos. Y siempre hay una última sonrisa, un último abrazo, un último beso. Si no lo vivimos ahora, ¿cuándo lo vamos a vivir? La vida te da hostias, aunque estés en tu mejor momento. Y si puede, te pisa. Pero no me viene debilidad cuando lo pienso, sino fortaleza. Es con lo que me quedo».