Pasó. Eliminados de la Copa América 2024 en fase de grupos. Solo ganamos 1 partido y apenas pudimos marcar 1 gol. Y lo peor de la situación es que no hay sensación de sorpresa.
No es lo mismo ser golpeado de manera completamente inesperada, a saber que puedes ser golpeado en cualquier momento. Y con el futbol mexicano, por cómo se han hecho las cosas desde hace muchos años, pasa lo segundo. Ya estás preparado para recibir el impacto. Esa flama optimista que te invita a creer que podemos competirle y ganarle a cualquiera, se ha ido apagando.
Después de quedar fuera de otro torneo internacional, nos pusimos a conversar y a escribir esta entrega de conclusiones. Lo crean o no, los resultados contra Venezuela y Ecuador no nos enojaron. Lo que realmente nos apenó fue ver que los puntos que tocamos son prácticamente los mismos venimos exponiendo hace más de una década.
Estamos estancados viendo cómo los demás crecen.
Y el panorama, lamentablemente, no es alentador…
LA CRISIS DE LA SELECCIÓN MEXICANA Y TODO NUESTRO FUTBOL
➤ La decisiones que no nos dejan avanzar. No es un tema de actitud, intensidad o deseo. En la Copa América quisimos, no pudimos. Esto pasa por la calidad, el equilibrio emocional en momentos de tensión y el roce competitivo. Esas cosas que -ahora mismo faltan- se trabajan en tu proceso formativo y se mejoran midiéndote en escenarios de alto nivel. Este grupo, incluso con todas sus limitaciones, pudo hacerlo mejor. Pero los problemas inician desde las decisiones conocidas por todos: un futbol sin ascenso/descenso, un formato de Liga MX claramente mejorable, un bache formativo dramático, las trabas para la exportación de jugadores y la resistencia para hacer un esfuerzo que nos permita volver a mejores competiciones. Además, por si fuera poco, con los acuerdos firmados (anteponiendo siempre el dinero), estamos ayudando a mejorar a los vecinos del norte, no buscando un crecimiento futbolístico nacional.
➤ Señalar a los que saltaron a la cancha. Podríamos hacer una nota inmensa remarcando las fallas y carencias de los futbolistas que salieron a luchar (porque realmente se entregaron) en esta Copa América. Tiene caso hacer esta evaluación pensando en el próximo Mundial, claro, pero el mediano y largo plazo es lo que se debe trabajar desde ya (a partir de la base). Los que hoy están no son más que el reflejo de todas las malas rutas que se vienen tomando. Nuestros jugadores giran lento, no saben centrar, generan pocas ventajas con sus pases, son faltos de creatividad y se rompen en momentos de competencia TOP porque, sin todas esas cualidades, les alcanza para rendir, destacar e incluso trascender a nivel Liga MX, MLS y CONCACAF. La formación en México, en casi todas partes, naufraga en la eterna medianía. Y los testimonios de los que se atreven a irse a Ligas TOP 5 lo confirman. En la mayoría de los casos aprenden más en un semestre o en un año en Europa, que en un lustro o una década en México. Necesitamos más ejemplos como el de Edson Álvarez, César Montes o Johan Vásquez, que se van a luchar renunciando a mejores ofertes económicas, están dispuestos a aprender y son capaces de sostenerse en entornos incómodos y adversos. La diferencia entre ellos y los demás resulta evidente. Lo ideal sería que este proceso arrancara lo más pronto posible. Y para eso necesitamos futbolistas más valientes y directivos menos cortoplacistas.
➤ Siempre se prioriza de forma desmedida lo económico sobre lo deportivo. No hay equilibrio entre lo económico y deportivo. O al menos más cercanía. Y mientras esto no se empareje, seguiremos estancados. Un estancamiento que, sumado al claro crecimiento de los demás países, hará más constantes este tipo de sus fracasos. No es casualidad lo que pasó en Qatar 2022, en esta Copa América, en la CONCACAF Nations League o en las selecciones con límite de edad. No olvidemos que también nos quedamos sin Juegos Olímpicos Y sin Mundial sub 20.
➤ Están alejando a los aficionados. Si a los dueños les da lo mismo la pasión, el sentido de pertenencia y el escudo, que le den un giro a esto al menos por su bolsillo. Porque, aunque parezca lo contrario, no todo es eterno, eh. La crisis tiene tiempo aquí (basta con ver los resultados en todas las categorías, no solo a nivel mayor) y el desgaste con el aficionado es notorio. Los aficionados apasionados seguimos en el barco hasta dolidos, pero ¿cuántos se han bajado, cuántos se seguirán bajando y cuántos nunca se subirán? Por su bolsa o por el genuino deseo de que el futbol mexicano crezca, los cambios serios tienen que llegar. O la gallina de los huevos de oro, esa que parecía inagotable, se puede terminar.
➤ El problema de los parches es que no se construye nada sostenido. El Mundial 2026 está a la puerta de la esquina. Considerando que seremos locales y que en un torneo corto pueden darse un montón de circunstancias (desde el sorteo), este equipo puede entregar una actuación digna (sí, con todo y que vamos cortos de talento internacional, variantes y planes del DT). Pero la mirada no solo puede ir hacia esa dirección, en un parche momentáneo o en la búsqueda algo aislado (como ha pasado a lo largo de toda nuestra historia). Mejores formadores, apoyo a jóvenes para salir a foguearse, mayor competitividad en los torneos en los que participamos (iniciando con la Liga MX), búsqueda de certámenes que realmente nos hagan más competitivos y continuidad. Básicamente, decisiones directivas que vean más allá de conseguir la mayor cantidad de dinero en el menor tiempo posible. Suena utópico, lo sabemos. Hasta nos sentimos inocentes escribiéndolo, pero no hay otro camino.
➤ El talento sin estructura se queda en la nada. Estamos convencidos que en México hay talento, ganas de trabajar y deseo de superación. Sin embargo, el talento sin estructura y sin un sistema que lo impulse, nunca explotará todo su potencial. Mientras no haya cambios de raíz, NUESTRA REALIDAD NO CAMBIARÁ.
Tristes, pero no vencidos.
Gracias por leernos.
Los queremos con la vida.
INVICTOS.