«Si no fuera por el fútbol yo hubiera terminado como muchos chicos de mi barrio. Estaría muerto o en la cárcel, o tirado en la calle por ahí, drogado», así de contundente contesta Carlos Tévez cuando se le pregunta sobre el barrio donde creció.
Carlos Tévez nació Fuerte Apache, uno de los barios más peligrosos de la provincia de Buenos Aires. Su infancia fue bastante complicada. Su padre biológico murió en un tiroteo, su madre, Fabiana Martínez, lo abandonó cuando apenas tenía seis meses y a los 10 meses agua hirviendo le cayó sobre la cara, provocando profundas cicatrices que mantiene hasta la fecha como parte de su identidad.
«Si me quieren es como soy o por cómo trato a la gente; no importa la belleza», dice Tévez en declaraciones recogidas por El Clarín sobre la posibilidad de quitarse sus cicatrices.
Su vida cambiaría totalmente en 1989. Carlitos impresionó a un visor de All Boys mientras jugaba en unas canchitas de su barrio. Ahí todo comenzó a centrarse en el fútbol. Los problemas, la pobreza y la delincuencia era algo que no entraba en el mundo de fantasía del actual jugador de la Juventus.
Tévez nunca ha tratado de ocultar de donde viene, al contrario, se siente orgulloso de haber sido villero. En repetidas ocasiones, el ex jugador de Boca Juniors ha manifestado su enojo por la manera en la que la prensa se expresa de la gente de su barrio.
«Yo pienso que nadie nace para ser ladrón y que toda esta desigualdad hace que muchos pibes salgan a robar. En la pobreza se hace difícil vivir, uno puede caer en la plata fácil. Nadie habla de que la mayoría de la gente se va a trabajar a las 6 de la mañana. Los medios informan sin saber lo que ocurre en nuestros barrios, ellos no podrían vivir ni dos años como vivimos los villeros. Aunque estudian en las mejores escuelas, nosotros somos mucho más fuertes en nuestro interior y somos mejores del lado humano, que es lo importante», relata Tévez en declaraciones recogidas por el diario Marca.
Estas palabras describen lo que es Carlos Tévez, un tipo auténtico y luchador. Un chico argentino que, dicho por él mismo, se rompió el culo para llegar hasta donde está. Un luchador, un guerrero, el jugador del pueblo…