Nació en Brasilia en 1982. Hijo de un ingeniero civil y una maestra. Se mudó a Sao Paulo, junto a su familia, cuando apenas tenía 4 años de edad. Su madre dejó de trabajar para criar y educar a sus dos hijos: Ricardo y Rodrigo. Fue tras el nacimiento de su hermano menor cuando Ricardo comenzó a llamarlo ‘Kaká’, porque no podía pronunciar bien su nombre.
Familia de clase media. Nunca hubo muchos lujos, pero no faltaba nada. Su amor por el fútbol nace por la cercanía de su casa con el Estadio de Sao Paulo. Kaká comenzó a practicar el balompié en el colegio. En cuanto pateó un balón, su mayor sueño fue convertirse en un gran futbolista.
Sus inicios en el deporte se dieron gracias a que su entrenador del colegio le hizo ver a su madre que tenía un talento impresionante para jugar fútbol. El profesor le recomendó a la señora que inscribiera a Ricardo a una escuela para que continuara su desarrollo. La familia hizo caso, Kaká se unió a la pequeña escuela y ahí sería descubierto por Sao Paulo.
Su amor y sueño de jugar fútbol no lo alejaría de los estudios. Ricardo tuvo que cambiar 4 o 5 veces de escuela para que sus horarios escolares y entrenamientos no se empalmaran. Su sueño era el fútbol, pero también quería ser una persona preparada. «A veces entrenaba en la mañana y otras veces en la tarde. Entonces tenía que cambiarlo todo, mis horarios eran diferentes siempre y cambie mucho de escuela. Quería hacer las dos cosas, así que me tuve que acostumbrar. Estudiaba para las pruebas y entrenaba con muchas ganas», cuenta Kaká.
Un accidente en una piscina cuando tenía 18 años de edad pudo terminar con su sueño. El joven brasileño estuvo a nada de quedar parapléjico, afortunadamente no pasó a mayores. «El doctor me dijo que era un chico muy afortunado porque por un poco más no solo pude haber quedado sin jugar fútbol, sino sin caminar. Fue una experiencia muy fuerte que viví con Dios», ha dicho Ricardo Izecson.
Su debut como profesional llegaría meses después del accidente, de una forma un tanto curiosa. El accidente fue en octubre, los dos próximos los pasó de baja y en enero debutó. Antes del accidente era titular del Sao Paulo Junior y cuando regresó lo relegaron al banquillo y el hombre que tomó su lugar era el capitán y jugador más importante.
En enero de 2001, el DT del primer equipo del Sao Paulo le pidió al entrenador de equipo inferior que le mandara a un delantero y a un centrocampista, el entrenador le mandó a su delantero titular, pero con el medio decidió mandar al reserva, ya que el titular era el capitán y máximo referente, ¿quién era el reserva? Kaká. A partir de ahí, no volvería más a jugar con las reservas. 1 año después debutó con la Selección de Brasil y 2 después con el AC Milan.
Así comenzó la exitosa carrera de Ricardo Izecson dos Santos Leite. Su destino SIEMPRE fue el fútbol.