Tenía 17 años de edad cuando fue ascendido al primer equipo del Bayern Munich. Toni Kroos venía de ser el mejor jugador del Mundial U17 que se disputó en Corea del Sur. Uli Hoeness, quien en aquel entonces era el mandamás del Bayern, apostaba por él e incluso le llegó a prometer el dorsal ’10’ en el primer equipo.
Kroos tuvo que ir poco a poco. En su primeros dos años con el equipo absoluto del Bayern Munich jugó poco. El club bávaro fue dirigido por Hitzfeld y Klinsmann y ninguno le dio la confianza al chico que habría brillado en las selecciones alemanas con límites de edad.
Jupp Heynckes, entrenador del Bayer Leverkusen, le pidió a su directiva la cesión del joven alemán, a quien rápidamente le entregaría la batuta de su mediocampo. Llegó en enero de 2009 y se marchó 18 meses después. Jugaba como mediocampista ofensivo al lado de Arturo Vidal, Reinartz, Gonzalo Castro y Barnetta.
Tras una temporada completa con el Bayer Leverkusen, la directiva del Bayern Munich no dudo en terminar la cesión. De la mano de Louis van Gaal, Bayern Munich comenzó a crear las bases de lo que es ahora. Kroos, de apenas 20 años de edad, sería un elemento fundamental.
Kroos reconoce que su etapa en el Bayer Leverkusen le ayudo muchísimo en el reglón futbolístico, pero aún más en el personal. El hoy futbolista del Real Madrid asegura que en aquel entonces ‘abrió los ojos’ y se dio cuenta de muchas cosas que quizá nunca habría notado si no salía del Bayern Munich.
Se despidió del Bayern Munich tras 4 temporadas como titular indiscutible, 12 títulos y siendo habitual en la Selección de Alemania. «Los buenos jugadores se adaptan a varias posiciones y clubes», coinciden Pep y Ancelotti, y es exactamente lo que ha demostrado el alemán Toni Kroos.
«Si no hubiera ido al Bayer Leverkusen quizá no habría jugado nunca con el Bayern Munich. Fue un punto clave en mi carrera como futbolista».