Lo intentó, luchó. No pudo funcionar. Martin Odegaard, que llegó al Real Madrid con apenas 16 años de edad, cree que el hecho de haber quedado entre el equipo principal y el elenco B le terminó afectando.
El plan, en el papel, era inteligente. En la práctica, la situación se complicó mucho. De joya juvenil pasó a ser el niño que se entrenaba con las estrellas, pero ni siquiera podía entregar actuaciones consistentes -por falta de entendimiento con sus compañeros- en el equipo juvenil.
¿POR QUÉ ODEGAARD NO TRIUNFÓ EN EL REAL MADRID?
«Hicimos este plan en el que yo entrenaría cada día con el primer equipo, pero jugaría regularmente con el equipo B. Parecía un plan inteligente, pero resultó que no encontré mi sitio en ninguno de los grupos. Con el equipo B, como no entrenaba con ellos normalmente, no encontré esa conexión. Y en el equipo principal, solo era el niño que venía a entrenar. No estaba involucrado en los partidos. Estaba atrapado entre ambos sitios».
Ante la falta de confianza fue perdiendo su juego: «Dejé de jugar con la chispa que era típica de mi juego. Comencé a jugar seguro. Estaba más preocupado por no cometer errores que por hacer mi juego. Y mi juego siempre se ha tratado de marcar diferencia. Buscar el pase difícil. Puedo entender qué pasó ahora. Era un niño, pero he aprendido que tienes que ser despiadado. No tiene que importante una m*erda. Debes mostrar tu verdadero juego en la cancha».
«Después de un par de años, no estaba progresando. La prensa vino contra mí por no responder inmediatamente al hype. Fui un blanco fácil. Quienes me conocen saben que sonrío mucho, pero, desde fuera, luzco más enojado de lo que soy. Les hice fácil escribir sobre mis problemas par adaptarme”».
Si su nacionalidad hubiera sido española, a lo mejor habría tenido más tiempo para intentr abrirse un hueco: «Quizá si hubiera sido español, me habrían dado más tiempo para crecer. Honestamente, no lo sé. Al final, es la naturaleza de la máquina del hype. No hay punto medio en el fútbol moderno no hay matices. O eres el mejor fichaje de la historia, o eres una m*erda».
Su segunda etapa en el club blanco tampoco resultó. El COVID-19 y la falta de oportunidades, pese a que ya había destacado en Países Bajos y con la Real Sociedad, se cruzaron en el camino.
«Estaba jugando bien y era realmente feliz ahí, pero el Madrid habló. Pensé: ’Tengo esta oportunidad ahora. Este es el sueño que he seguido desde que tenía 16 años’. Tenía una buena conexión con Zidane porque coincidimos en el equipo B y me cuidó muy bien, así que quería creer que esta vez sí iba a funcionar. Pero me dio COVID. Empecé los primeros juegos de la temporada, pero no estaba completamente recuperado. No rendí en mi mejor nivel y, después de eso, no recibí muchas oportunidades. Prácticamente nada. Mientras tanto, veía a la Real Sociedad y pensaba que podía estar ahí. Hablé con mi agente en el mercado invernal y le dije que necesitaba jugar».
Y aunque las cosas no resultaron, solo le puede agradecer al Real Madrid: «Quiero dejar claro que no me estoy quejando de mi tiempo en el Real Madrid. De ninguna manera. Ir al Madrid fue una buena cosa par mí. Aprendí mucho sobre lo que se necesita para llegar a la cima. Observé, entrené y aprendí de los mejores jugadores del mundo, con mis ídolos. Jugué en el Bernabéu. Aprendí a ser duro y a encarar retos. Es parte de quién soy ahora. Es la razón por la que estoy aquí hoy en día».
Arsenal, como compartió en su carta para The Players Tribune, es la casa que buscó por tanto tiempo: «Solo puedo agradecerle al Madrid por invertir en un chico de 16 años. Todos tienen buenas intenciones y no culpo a nadie, pero necesitaba encontrar un lugar donde me pudiera asentar. Necesitaba encontrar una verdadera casa. La encontré en el Norte de Londres».
Dato Invicto. Tomando en cuenta sus 2 etapas con El Rey de Europa, Martin Odegaard solo disputó 490 minutos oficiales con el primer equipo del Real Madrid.
¿Sabías que…? Martin Odegaard fue fichado por 35 millones de euros por el Arsenal. Real Madrid lo compró por solo 2.8 millones de euros, así que la apuesta, en términos económicos, no les salió mal.