Hoy es uno de los mejores mediocampistas ofensivos del mundo, pero el camino no fue nada sencillo para Marco Reus. Después de haber salido de las categorías inferiores del Borussia Dortmund por su poco desarrollo futbolístico y destacar en el Rot Weiss Ahlen, equipo de la segunda categoría de Alemania, el ahora internacional alemán fue fichado por el Borussia Mönchengladbach en 2009.
Estaba decidido a no quedarse con la etiqueta de promesa. Su idea era trascender y, para ello, tenía que tener la oportunidad de jugar en un equipo que fuera protagonista. Los gigantes no iban a llegar de la noche a la mañana, así que en el proceso se dio cuenta que para trascender, tenía hacer que su equipo trascendiera. El Gladbach, liderado por Reus y Juan Arango, pasó de ser un club que peleaba por mantener la categoría a uno que luchaba por hacerse de un lugar en la UEFA Champions League.
Reus brilló durante tres temporadas y la dirigencia de Borussia Dortmund, encabezada por Jürgen Klopp, se lanzó a convencerlo de que regresara a la que siempre fue su casa. Marco volvió al equipo de Signal Iduna Park para cumplir su más grande sueño y, todos sabemos, que ha logrado consolidarse como uno de los mejores futbolistas de la Bundesliga.
Siendo parte de la misma competención, Reus ha tenido que enfrentar a su ex equipo en cinco ocasiones desde que regresó al Dortmund. Y bueno, Borussia Mönchengladbach ha sufrido con el talento del futbolista que terminó de formarse profesionalmente en sus filas.
Fuera de la cancha Woodynho se ha metido en problemas legales por haber manejado sin licencia, pero ha cumplido cabalmente con la LEY DEL EX dentro del rectángulo verde: tres goles en cinco partidos ante M’gladbach.
Los primeros dos tantos, que los consiguió la primera vez que los enfrentó, no los celebró…
Pero en el último ya ni se acordó, JAJAJA: