Tipo transparente y directo. No le interesa quedar bien ni agradar. Se ha dedicado a trabajar y ha tenido la dicha de, poco a poco, cumplir con sus objetivos dentro del rectángulo verde. No piensa como el resto y eso lo hace distinto. No disfruta de los partidos, disfruta de los entrenamientos y el aprendizaje, pero nunca durante los 90 minutos.
«Digamos que no le encuentro el sentido a lo que muchos dicen de ‘salgo a la cancha a disfrutar’. No, yo no salgo a la cancha a disfrutar, yo disfruto entrenando, aprendiendo, pero durante los 90 minutos no disfruto del partido», declaró en entrevista para la revista Panenka.
En la misma entrevista, le preguntaron a Javier si tenía más cicatrices que tatuajes, cosa que corroboró. Además, añadió que se considera un jugador atípico, ya que no le causa ninguna emoción todos los efectos que trae consigo ser jugador del fútbol. Le apasiona el juego, no la fama y lo que ofrece el balompié.
«Lo corroboro: no tengo ni un solo tatuaje y sí muchas cicatrices. La verdad es que nunca me dio por seguir las modas. Soy bastante atípico en esto. Del fútbol me apasiona el juego, pero no los efectos que genera; la fama, por ejemplo. De hecho, reniego de todo lo que me ofrece el fútbol. No me gusta ser famoso, aunque es parte del combo, no disfruto de no poder ir de tiendas con mis hijas. No disfruto teniendo que quedarme muchas veces en casa».