Siempre quieren lo mejor para ti. Quizá, en el momento de la decisión, parece que conspiran en tu contra, pero no es así. Las madres quieren lo mejor para sus hijos sin importar la circunstancias. Las cosas pueden o no salir como las planeaban, pero siempre van en búsqueda del bienestar de sus pequeños, de los nenes de sus ojos.
La madre de Francesco Totti, por ejemplo, rechazó un ofertón que significaría una considerable mejoría económica para toda la familia, pensando, única y exclusivamente, en lo mejor para su hijo. AC Milan se lo quiso llevar, pero la señora decidió rechazar muchas comodidades con tal de enseñarle una lección a su retoño: TU CASA ES LO MÁS IMPORTANTE DE LA VIDA.
Se puede tener dinero y muchas otras cosas, pero si no estás con los tuyos y no estás cómodo con tu entorno, la felicidad se convierte en un estado utópico. Por esa razón, sin saber que AS Roma tocaría a la puerta y que su hijo se convertiría en una leyenda/ejemplo del deporte, la señora, sin dudarlo, rechazó a los reclutadores del club lombardo.
Francesco, en ese entonces, no lo entendió. Pero unos años después, como nos pasa a todos los hijos, comprendió que su madre solamente quería lo mejor para él…
LA DECISIÓN QUE CAMBIÓ LA VIDA DE TOTTI
«Veintisiete años atrás, tocaron la puerta de nuestro apartamento en Roma. Mi madre, Fiorella, fue a responder. Quien se encontraba en el otro lado definiría mi carrera en el fútbol. Cuando abrió la puerta, un grupo de hombres se presentó como directores de fútbol. Pero no eran de AS Roma. Estaba vestidos de rojo y negro. Eran de AC Milán. Y ellos quería que fuera a jugar a su equipo. A cualquier costo. Mi madre levantó sus manos. ¿Qué crees que le dijo a los caballeros?
Los hombres del AC Milan estaban pidiéndome que me uniera su club. Una oportunidad para hacerla en un club grande de Italia. ¿Qué elegiría? Bueno, no era mi decisión, por supuesto. Mi madre era la jefa. Ella aún es la jefa. Y digamos que ella era muy apegada a sus hijos. Como una madre italiana, era algo sobreprotectora. No me quería dejar salir de casa por el miedo a que algo me pasara. ‘No, no’, le dijo a los directores. Eso fue todo lo que tuvo que decir. Ese fue el fin.
Mi primera transferencia se cayó por la jefa. Fue difícil decirle que no al AC Milán. Habría significado mucho dinero para la familia. Pero mi madre me enseñó una lección ese día: tu casa es lo más importante de la vida.
Unas semanas después, tras ser visto en uno de mis partidos infantiles, Roma hizo una oferta. Iba a vestir el amarillo y rojo. Mi mamá lo sabía. Ella ayudó en mi carrera de muchas maneras. Sí, era protectora -aún lo es-, pero hizo muchos sacrificios para asegurarse de que estuviera en la cancha todos los días».
Si su madre lo hubiera dejado ir al AC Milan quizá no hubiera llegado al profesionalismo, quizá sí hubiera llegado pero no habría tenido tanto éxito o quizá habría ganado cientos de títulos y tres Balones de Oro. No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que Totti no habría sido tan feliz. Y lo sabemos porque nada se compara con estar/jugar/ganar en tu verdadera casa. Nada.
Totti: «Este era mi sueño de niño. Siempre soñé con llevar esta camiseta durante toda mi vida. No sé si ya soy el único que queda de los que sólo han jugado en un club, pero es un verdadero orgullo. No me arrepiento porque es una decisión que tomé yo. Es cierto que podría haber ganado más dinero y títulos, pero fue una elección de mi corazón».