Hace menos de 1 año la expectación en el universo merengue era impresionante, ¿la razón? La llegada del galés Gareth Bale por 91 millones de euros. Sí, el habilidoso futbolista británico se convirtió en el segundo fichaje más caro en toda la historia del deporte.
Las complicaciones que tuvo la directiva del Real Madrid para fichar a Bale y la falta de pretemporada del futbolista que debutó en el Southampton no eran síntomas muy positivos que digamos. La presión, las críticas y las dudas no se hicieron esperar. Todos dudaban de su llegada al Real Madrid, menos una persona, ¿su nombre? Gareth Bale.
Bale no tuvo una bienvenida sencilla, la falta de pretemporada causó estragos al inicio de la campaña y la presión cada vez era más fuerte. El galés se dedicó a trabajar y poco a poco fue demostrado sus indiscutibles condiciones futbolísticas.
Su primer Liga no resultó como él esperaba, ya que soñaba con proclamarse campeón ante su afición en el Bernabéu, pero en el plano individual dejó unos números escalofriantes, el galés marcó 15 goles y dio 12 asistencias en 27 partidos, es decir, participó en 27 goles en 27 partidos. En esos 27 partidos únicamente jugó 2070 minutos, por lo que participó en un tanto cada 77 minutos. Una barbaridad.
De su participación en la Copa del Rey y la UEFA Champions League después les platicamos, ahí, quizá, Marc Bartra y la defensiva del Bayern Munich/Schalke 04 nos puedan ayudar, bueno, eso si ya lo alcanzaron.