La revancha de Brasil ha llegado. Tardó casi 64 años, pero por fin llegó. La Selección de Brasil de Luis Felipe Scolari buscará cobrarle viejas cuentas al fútbol. El 16 de julio de 1950 sigue y seguirá en la memoria de muchísimos brasileños. Aquel día fue el día en el que silencio se apoderó del Maracaná, el día del Maracanazo.
Hace casi 64 años, Brasil buscaba consagrarse Campeón del Mundo por primera vez en su historia. y que mejor manera de hacerlo que ante su afición. El Maracaná estaba repleto, el marco era inmejorable para que los brasileños celebraran la consecución de su primer Mundial. Luego de aplastar a Suecia y España en los primeros partidos de la Fase Final, parecía que la Final ante la Selección de Uruguay sería un trámite.
Ademir, Chico, Zizinho, Barbosa y compañía confiaban en que cerrarían un certamen espectacular con un triunfo ante Uruguay, pero las cosas no salieron conforme lo planeado. El gol de Friaça generó la explosión del Maracaná. La afición brasileña se sentía campeona del Mundo tras aquella anotación, pero no contaron con el nacimiento de la garra charrúa. Uruguay no bajó los brazos, vino de atrás y consiguió revertir la situación. Schiaffino empató las acciones y Ghiggia marcó el gol de la remontada. El Maracaná silenció, Brasil perdía el Mundial en propia casa.
Esta generación de futbolistas no tiene porque cargar con el peso histórico de un suceso de estas dimensiones, pero es inevitable que el pueblo brasileño no quiera revancha y sueñe con por fin ver a su Selección proclamarse Campeón del Mundo en el Maracaná.