No hay nada que reprocharles, absolutamente nada. Lo que hicieron en Brasil siempre será recordado. Siéntanse orgullosos de haber maravillado al mundo entero y de haber generado una ilusión jamás antes vista en el pueblo mexicano. Lo repetimos, no hay nada que reprocharles.
Nunca olvidaremos el día que jugaron contra Camerún. El día que nunca bajaron los brazos a pesar de haber sido acuchillados por los pésimos señalamientos de Humberto Clavijo. Desde ahí nos mostraron el carácter de esta selección.
Nunca olvidaremos el día que se pararon en Forteleza y le sacaron un empate a Brasil, ante su gente y en su Mundial, con una MEMOrable actuación. Ese performance quedará grabado en la historia del fútbol mexicano.
Nunca olvidaremos la categoría con la que se le ganó a Croacia. Siempre estará en nuestra memoria el día que, ‘con todo respeto’, le ‘partimos la Modric’ a los croatas. El día en el que le demostraron al mundo entero que la cancha es el único lugar en el que se tiene que hablar.
Nos vamos de Brasil 2014 por 5 minutos de desconcentraciones. Culpar al arbitraje sería lo más sencillo, pero la cosa no va por ahí. La actuación de México durante todo el Mundial había sido brillantísima hasta el minuto 86 del partido ante Holanda. Regresamos a casa más por lo que dejamos de hacer que por lo que hizo Holanda. La eliminación duele, pero la actuación y la gran labor no se tiene que manchar completamente por esos 5 minutos.
Muchos aseguran que agradecerle a esta selección es síntoma de conformismo, nosotros no coincidimos. Se le agradece a este selección porque hace 8 meses no sabíamos si iríamos al Mundial, se le agradece a este selección porque a pesar de que no contaron con el apoyo el de toda la afición mexicana desde un principio nos hicieron soñar, se le agradece por la entrega, determinación y corazón que metieron en cada partido, y se le agradece por hacer una de las mejores fases de grupos en la historia del fútbol mexicano. Contentos y satisfechos no estamos, pero es justo reconocer y agradecer las exhibiciones de esta selección.
Nos quedamos con las atajadas de Ochoa, el empuje de Paul, la solidez del Maza, la categoría de Márquez, la coberturas de Moreno, las carreras de Layún, el corazón del Gallito, la experiencia de Salcido, la magia de Herrera, la calidad de Guardado, la movilidad de Giovani, la garra de Oribe, el coraje del Chicharito y los festejos del Piojo.
Gracias por hacernos vibrar. Nos vemos en Rusia 2018.