Julio del 2004, Chelsea recién fichaba a José Mourinho como nuevo DT. El magnate ruso, Román Abramóvich, que compró al equipo de la ciudad de Londres en junio del 2003, le confiaba su reciente y arriesgada inversión al joven entrenador portugués que venía de ganar la UEFA Champions League con Porto, José Mourinho.
Paulo Ferreira, Arjen Robben, Petr Cech y Mateja Kezman fueron las primeras peticiones de Mourinho como DT del Chelsea. Ferreira era un hombre de todas las confianzas de Mou, Robben venía de una gran Eurocopa y tenía una proyección bárbara, los blues ganaron la puja por Cech, arquero que varios clubes ingleses se disputaban, y cerraron la incorporación de Kezman, tremendo goleador que llegó del PSV.
A pesar de haber cerrado los fichajes de estos jugadores a Mourinho aún le faltaban piezas para completar su rompecabezas, con Kezman y Guðjohnsen habría garantía de goles, pero el portugués sentía que le faltaba un goleador de otras características, el joven entrenador se decantó por un tal: Didier Drogba Yvés Tébely.
«¿Quién es Drogba?», fue la pregunta que se hicieron los aficionados del Chelsea y la prensa británica. Tras investigar, se percataron que Didier era un delantero africano que había causado sensación en Francia por un gran año con Marsella: 32 goles en 55 partidos marcó en su última temporada en Francia.
Una vez resulta esa pregunta, las siguientes fueron: «¿Por qué pagaron 24 millones de libras por un delantero que juega en una Liga de inferior nivel a la Premier y que apenas comenzaba a obtener reconocimiento?, ¿por qué no fichar a un delantero de más experiencia y renombre por esa misma cantidad?
José Mourinho, tras leer los encabezados de los diarios ingleses y ser cuestionado en conferencias de prensa por el fichaje de Drogba, respondió: «Júzguen a Didider cuando se vaya del club». Y cuánta razón tendría José. En 8 temporadas, Drogba disputó 341 partidos, marcó 157 goles y ganó 12 títulos. Su partida se dio en 2012, uno de los días más tristes dolorosos en la historia del club londinense.
Tras 2 años experimentando en fútbol de China y Turquía, el retorno del rey se consumó, Didier regresa a casa, y otra vez de la mano de José Mourinho.
No esperemos que marque los 37 goles que hizo en la temporada 2009/10 y tampoco esperemos que siga mostrando sus explosivas carreras e impresionantes desmarques, hay que esperar al Drogba, de 36 años, que dejará todo en cada balón, que será un extraordinario recambio, y que ama y siempre amará al Chelsea por sobre todas las cosas.
¡EL REY REGRESÓ!