En 2004, Leo Beenhakker, DT holandés de América, tenía que tomar una complicada decisión de cara a un partido de Liga. Adolfo Ríos, su portero titular, sufría de una lesión, por lo que no estaría disponible. Como opciones estaban dos jóvenes: Edgar Hernández y Guillermo Ochoa.
Parecía que el elegido sería Edgar, puesto que era 2 años mayor y tenía experiencia previa en Liga de Ascenso (Tigrillos y Zacatepec), pero Leo, vio en Guillermo a un arquero que pedía a gritos su oportunidad en Primera División. Aunque apenas tenía 18 años, Beenhakker asegura que Memo era un chico maduro y capaz de cubrir el arco de uno de los equipos más importantes de México.
‘¿Qué es lo que siempre has querido?’, le dijo Benhakker previo al partido contra Rayados, Memo respondió: ‘Jugar en el primer equipo del América’. Leo le contestó: “Ahí lo tienes, aprovéchalo, disfrútalo y diviértete”, y eso fue exactamente lo que hizo.
Aquel 15 de febrero del 2004 marcó el inicio de una era en la portería del América y el principio de la carrera de uno de los mejores porteros mexicanos de la última época. Sencillo no fue, Ríos decidió colgar los botines, pero le trajeron a Sebastian Saja y a Ricardo Martínez, experimentados guardametas que venían con el firme propósito de defender el arco azulcrema,
Para la sorpresa de Saja y Martínez, el DT que los llevó (Ruggeri) duró menos que un chamaquito de 14 en su primer encuentro intimo con su novia, y tuvieron que competir uno a uno, sin ningún tipo de predilección, ante el joven Ochoa. Saja no soportó mucho tiempo y Martínez, quien estaba en la etapa final de su carrera, decidió retirarse.
Desde entonces, Francisco Guillermo Ochoa Mañaga se adueño del arco de uno de los equipos más importantes del continente. Campeón, seleccionado nacional y considerando uno de los mejores arqueros del país con 20 años recién cumplidos. Apenas tenía 100 partidos como profesional y parecía que llevaba 10 años en la portería azulcrema.
Como cualquier otro portero, errores cometió, pero nunca fue juzgado como ‘cualquier otro portero’, porque jugar en América no es lo mismo que jugar en otro equipo de México, cuando te equivocas jugando en Tecos, apareces en el ‘oso’ de Acción y listo, cuando te equivocas jugando para el América no se habla de otra cosa en toda la semana. Con esa presión, Ochoa se convirtió, con diferencia, en el mejor arquero del fútbol mexicano.
Maradona en 2007, lo colocó entre los 3 mejores arqueros del mundo. Sin jugar en el extranjero se convirtió en el primer futbolista mexicano en ser nominado al Balón de Oro, poca cosa. Vinculaciones con el fútbol europeo desde su tercer año como profesional.
Los años pasaron y Memo siguió demostrando su calidad en el fútbol mexicano. Su futuro estaba en Europa, era indudable. PSG, Liverpool, Arsenal y otros clubes importantes de Europa lo buscaban, pero el famoso escándalo del clembuterol en 2011 los ahuyentó como perros al recibir un cubetazo de agua.
El único que persistió fue el modesto Ajaccio de Francia, club recién ascendido e incapaz de igualar el sueldo de Ochoa en América, ofertó por el cancerbero azteca. América, después de varios años reteniéndolo por esperar ‘una buena oferta’, le abrió las puertas para que saliera, la decisión final era Memo.
Ochoa, de 25 años, aceptó. A diferencia de otros tantos arqueros mexicanos que prefirieron mantenerse en México hasta los 40 años para seguir ganando 2 millones de pesos al mes y no salir de su zona de confort, Memo decidió correr el riesgo, ir a un equipo de Primera División de Francia, pero con carencias de un equipo de tercera del fútbol mexicano, vivir en un país con otra cultura y reducir considerablemente su salario.
Quienes elegimos seguir el paso de Memo por Ajaccio sabemos lo que consiguió. Memo, fue el hombre más importante del club de Córcega en las últimas 3 temporadas y fue importantísimo para que se mantuviera en la Ligue 1 en los últimos 3 años, cosa que ni el fanático más optimista de los ‘osos’ pronosticaba.
El 98% de los aficionados mexicanos al fútbol no siguieron a Ochoa en sus 3 temporadas con Ajaccio, así que decidían quedarse con el resultado del partido, ver el resumen y repetir día a día lo que los ‘analistas’, que forman parte de marcadas campañas tendenciosas, opinan.
Para no hacer el cuento muy largo, Ochoa atravesaba, quizá, el mejor momento de su carrera, pero la mayor parte de la afición mexicana concluía que estaba fracasando en Francia porque su equipo solía perder y, sobre todo, porque eso era lo que comunicaban algunos ‘irreverentes’ personajes del ‘periodismo’ en México.
Con la Selección de México, el camino ha estado lleno de piedras. Maltratado, criticado y juzgado como pocos en la historia del Tri. En Alemania 2006, a pesar de tener las condiciones, respetó cabalmente el momento de Oswaldo Sánchez. En 2010, Javier Aguirre cometió una atrocidad y lo mandó a la banca por un arquero, que aunque no lo hizo mal, no formó parte del proceso. Cualquier otro había mandado todo al carajo tras una mentada de madre de esa proporción, pero el resistió.
El momento de Guillermo Ochoa a nivel selección tenía que ser Brasil 2014, ¿pero qué creen?, ¿se acuerdan del 98% de aficionados que les decíamos que no siguieron a Memo en su andar en Francia? Bueno, pues ellos aseguraban que Ochoa no estaba en buen momento, defendían a muerte que Jesús Corona, quien no era el mismo de Londres 2012, lo superaba con diferencia, e incluso cuestionaban la convocatoria de Ochoa a la Selección, es decir; creían que no estaba a nivel para siquiera ser considerado por la selección.
Afortunadamente, Miguel Herrera se dejó guiar por lo que le vio a Ochoa en Francia y en los entrenamientos y decidió darle la titularidad. Y bueno, en Brasil 2014 ya todos conocemos la historia. A nosotros no nos sorprendió lo que hizo en la justa mundialista porque sabíamos el momento que vivía, pero sí nos dio muchísimo gusto que, en un escenario como una Copa del Mundo, Memo demostrara lo mucho que ha mejorado en Europa y el pedazo de guardameta que es.
Luego de sus memorables actuaciones en Brasil 2014 y de terminar su compromiso contractual con Ajaccio, el salto a un equipo de mayor envergadura era inminente. Gigantes del fútbol europeo sonaron, pero son pocos los equipos que ‘gastan’ una plaza extra comunitaria en un arquero. Ochoa eligió Málaga, equipo español que hace un par de años fue la sensación en Europa, y que mostró muchísimo interés en él tras la marcha de Willy Caballero.
Memo tiene calidad para jugar en un grande del balompié del viejo continente, pero tal y como lo ha hecho desde que salió de América, seguirá picando piedra con la humildad que siempre le ha caracterizado para conseguirlo. El cambio del fútbol francés al español es un gran salto, los mejores equipos del planeta militan en la Liga y el roce competitivo con el resto es remarcable.
Ochoa ha llegado al fútbol español, y para el mal de muchos que hace un mes gritaron/festejaron su atajadas y hoy vuelven a cuestionar su decisión/nivel, la seguirá rompiendo.
Felicidades, Memo.