El jugador del día es Simone Scuffet. Nacido el 31 de mayo de 1996 en Udine, Italia. Comenzó su camino en el fútbol cuando apenas tenía 6 años de edad. Su padre le heredó el cariño por el balompié, él era el encargado de llevar a Simone a cada uno de sus entrenamientos. Simone recuerda que su padre se quedaba a verlo entrenar cuando tenía la oportunidad de hacerlo.
A diferencia de otros porteros no probó en otras posiciones. Cuando llegó a su primer equipo, Remanazacco, no había portero así que decidió comenzar a entrenar bajo los tres palos. Simone relata que sus habilidades como portero, en un inicio, no eran muy buenas, incluso ha declarado: «Muy pocos habrían apostado por mi cuando era niño», pero con base en trabajo y constancia fue mejorando hasta llegar a las inferiores del Udinese en 2005.
«Gracias a los entrenadores del Udinese mejore muchísimo mi técnica», cuenta el joven italiano. La evolución de Simone fue meteórica, con apenas 17 años de edad debutó en la Primera División ante Bologna. La oportunidad llegó inesperadamente por la lesión de Brkic, se esperaba que fuera algo provisional, pero sus actuaciones fueron tan buenas que terminó jugando a pesar de que el arquero serbio ya se había recuperado.
Su paso por la Selección de Italia comenzó en 2012 en la categoría U17. Con 18 años ha pasado por la Selección U18, U19 y ha entrenado con la selección absoluta de Italia (sparring). Simone, quien tiene como ídolo a Buffon, está llamado a convertirse en arquero de la Azzurra en un futuro no muy lejano.
Amante del billar y videojuegos, Simone ha sido tentado por varios clubes europeos, pero el amor y cariño que le tiene a Udinese le hizo firmar una renovación hasta 2019. El guardameta asegura que no se quiere marchar del club que le dio todo sin conseguir cosas importantes.
Gran juego aéreo, notable capacidad de reacción, reflejos mayúsculos y buen manejo del balón con los pies, son las cualidades que hacen de Simone Scuffet un auténtico diamante en bruto. No le pierdan la pista.