Su camino por el fútbol lo comenzó cuando apenas tenía 8 años de edad, ¿su primer club? el Mataró, modesto equipo infantil, en el que Cesc ya destacaba. Su entrenador, el señor Blai, estaba impresionado con las cualidades del niño catalán, incluso recuerda con gracia que no lo llevaba a los partidos contra los equipos infantiles del FC Barcelona porque sabía que lo reclutarían y se lo quitarían.
Los intentos del entrenador de Mataró por retenerlo no duraron mucho tiempo, ya que a los 10 años se incorporó a las inferiores del FC Barcelona. Sobresalió desde que llegó, volante defensivo u ofensivo. Más de 200 goles jugando en equipos infantiles del club blaugrana. Compartió con jugadores como Gerard Piqué y Lionel Messi.
Cesc, con apenas 16 años, decidió marcharse al Arsenal porque no veía oportunidades, su despegue con los gunners fue impresionante. Debutó meses después de llegar, convirtiéndose en el jugador más joven en debutar en toda la historia del club. Sus años con el Arsenal, a pesar de no conseguir muchos títulos, fueron magníficos. Apenas tuvo la oportunidad y cambió su número 57 por el 4, el que siempre utilizó, el número de su vida. Su sueño estaba por cumplirse: jugar con el primer equipo del FC Barcelona.
El hijo pródigo regresó. Con el ‘4’ en la espalda estaba listo para jugar en el equipo de sus amores. Aunque sus números y títulos respaldan su buen rendimiento, Cesc nunca tuvo el rol protagónico que se pensó que tendría. Su etapa con el FC Barcelona solamente duró 3 temporadas. Su deseo era regresar a Londres y lo consiguió, pero no al club que lo convirtió en futbolista profesional, sino a un rival directo: Chelsea.
¿Adivinen qué número eligió? Sí, el 4. Sus número de goles no es constante, los títulos conseguidos no siempre son los mismos y sus asistencias dependerán del entendimiento con sus socios, lo único que no ha cambiado y no piensa cambiará es su número. Las razones son 3: suerte, día de su nacimiento e ídolo.
«El número 4 siempre ha sido parte de mi vida, es mi número de la suerte. Nací un 4 de mayo, viví en una casa con ese número, y mi ídolo era Guardiola, que llevaba ese dorsal. No es una cábala, pero es especial».
En la Selección de España, la historia es otra. Cuando llegó, Carlos Marchena, una figura imponente del fútbol español, lo portaba. Cesc se resguardó en el 18 y después pasó al 10. Aunque tuvo la oportunidad de retomarlo decidió no hacerlo porque con el ’10’ levantó la Eurocopa en 2008.