Fútbol desde que tiene memoria. Sus vecinos relatan que pasaba horas y horas pateando la redonda en el pateo de su casa. Chico tranquilo, cortés y educado. No era muy extrovertido, era un buen estudiante, pero su principal característica era su amor por el deporte.
Ingresó a las categorías inferiores del Southampton cuando tenía 8 años de edad luego de que los ojeadores de los saints lo vieran cuando jugaba con el Cardiff Civil Service FC. La escuela del Southampton estaba ubicada en Bath, ciudad que estaba a 1.5 horas en automovil de la casa de Gareth. Sus padres lo apoyaron, lo llevaron a los entrenamientos hasta que se quedó en la casa club y nunca se perdieron un partido.
Muchos creerían que Bale era un prodigio que destacó desde que llegó a la academia del club inglés, pero no fue así, era un ‘chico promedio’ según cuentan sus primeros entrenadores. «La primera vez que lo vi tenía 10 años. No era un jugador que llamara la atención especialmente. Tenía buena técnica y era atlético, pero no sobresalía del resto en aquella época», cuenta Huw Jennings, ex director de la cantera del Southampton.
«No estaba considerado como uno de los mejores, pero insistimos con él porque era zurdo, centraba bien y podía superar rivales. Siendo honesto, si me hubieran preguntado en aquella época si sería un jugador top habría dicho que no», comenta Malcolm Elias el ex jefe de ojeadores de los saints.
A pesar de no ser una de las joyas del club inglés, Gareth no dejó de trabajar. Su formación futbolística en Southampton fue complementada por sus actividades deportivas en Whitchurch High School, en donde se encontró con Gwyn Morris, un profesor de educación física que se sorprendió por las cualidades del joven Bale y lo ayudó mucho en su desarrollo como atleta y futbolista.
«Tenía una actitud tremenda. Le gustaban todos los deportes y los practicaba. No sólo fútbol, también atletismo, rugby y hockey. Todo lo que hacía lo hacía con una buena actitud y determinación. Intentaba hacer las cosas lo mejor posible desde que era muy chico», recuerda Morris, a quien Bale considera al profesor como uno de sus principales mentores.
El profesor relata que Bale entrenaba fútbol con él de una forma peculiar, el joven galés tenía que jugar de primera intención sin utilizar la pierna izquierda para jugar. Morris estaba convencido de que si Bale desarrollaba más su ‘pierna mala’ se convertiría en un gran futbolista.
El hoy futbolista del Real Madrid convenció a la gente del Southampton para incorporarlo de lleno a su Academia. Con apenas 15 años se marchó de casa y comenzó su aventura para tratar de debutar. 1 año después lo conseguiría.
Determinación, actitud y trabajo, las claves del éxito que ha tenido Gareth Frank Bale.