Tuvieron que pasar 132 días para que Bastian Schweinsteiger volviera a disputar un partido oficial. El mediocampista alemán no tenía acción en un encuentro oficial desde la final ante Argentina en Brasil 2014.
El mayor problema del futbolista de 30 años se presentó en el tendón de la rótula de su rodilla izquierda, y se sumó a las dolencias de tobillo que le aquejaron toda la temporada pasada. Tras la justa mundialista que se disputó en tierras brasileñas, Bastian jugó unos minutos en el en el partido de exhibición del Bayern contra la selección de estrellas de la MLS y fue en ese encuentro donde recibió una violenta falta que lo mantuvo fuera de las canchas durante más de tres meses.
El regreso del comandante alemán se produjo en la goleada del Bayern Munich sobre Hoffenheim. Corría el minuto 77 y el conjunto bávaro ganaba dos a cero cuando el estadio explotó de júbilo. Pep Guardiola decidió mandar a la cancha a Bastian Schweinsteiger, los aficionados se pusieron de pie y recibieron al campeón del mundo con una ovación increíble. El rostro del canterano bávaro reflejaba una inmensa felicidad.
Más allá de hablar del resultado y de la asistencia que le dio a Rode en el cuarto gol del equipo de Pep Guardiola, Bastian agradeció a la afición por el recibimiento que le dieron en Allianz Arena: «El recibimiento de la afición me tocó el corazón. Momentos así no se olvidan nunca. Tengo que decir que aún no estoy en el punto, en el que quiero verme, pero llegará poco a poco».