Se recuerdan los buenos momentos con mucha nostalgia, se recuerda lo que se quisiera olvidar y se olvida lo que en ocasiones debería recordarse. Es algo involuntario, algo que no podemos controlar. Queremos lo que no tenemos, no apreciamos lo que se tiene y nos aferramos a glorias que no regresarán
Cuando las cosas bien van bien no nos detenemos a valorar y disfrutar realmente lo que estamos viviendo. En la vida, hay etapas que no queremos que terminen nunca. Tristemente nos damos cuenta cuando ya no las estamos viviendo.
Fernando José Torres Sanz es un caso inusual. Alcanzó el profesionalismo antes de los 17 años de edad en el club de sus amores. Con 18 años, logró consolidarse en el primer equipo. Y a los 19 años ya era el capitán del club de toda su vida. Cargó con equipos mediocres durante 7 años, y a pesar de hacer todo lo posible por llevarlo a la cima nunca lo consiguió.
Su imagen en el equipo era de ídolo. Estaba por cumplir 23 años de edad, cuando se hablaba de él como un referente del balompié español y europeo. Cansado del momento de crisis que vivían los colchoneros se fue en búsqueda de nuevos aires a Inglaterra, encontrando un nuevo hogar en Anfield
Torres pasó años maravillosos en Liverpool en el renglón individual, pero los títulos no llegaban. Su rol era diferente, era el goleador del equipo, pero no tenía el liderazgo ni responsabilidad que tuvo en el Atleti. Al igual que en el club de sus amores, Fernando encontró el éxito individual, pero nunca el colectivo.
Los títulos con la Selección de España opacaban, al menos en aquellos veranos mágicos, los tragos amargos a nivel clubes. Torres, después de recuperarse de una grave lesión, fichó por Chelsea en búsqueda de los títulos que llevaba una década buscando, y los encontraría, solamente que en esta ocasión el éxito individual no lo acompañaría…
El Niño vuelve a casa 7 años después, tal y como lo prometió antes de partir al Liverpool. En esta ocasión podría mostrar una gran versión individual, pero lo éxitos colectivos podrían no llegar; podría cosechar más títulos, pero su rendimiento individual podría quedar a deber; o podría romperla a nivel individual y mejorar su palmarés. Difícil pronosticarlo.
De lo único de lo que estamos seguros es que, como bien dice la canción del Canto de Loco cuyo vídeo protagonizó Torres, YA NADA VOLVERÁ A SER COMO ANTES, porque así es el fútbol y la vida, por más que lo añoramos, las cosas nunca vuelven a ser como algún día fueron…