En la temporada 2011/12 en la Eredivisie de Holanda, De Graafschap terminó en la penúltima posición, por lo que tendría que disputar una eliminatoria con un equipo de la segunda categoría del fútbol holandés para jugarse la permanencia en la Primera División del balompié nerlandés.
El equipo con el que disputó el play-off fue Den Bosch. En la ida, en la que De Graafschap fue visitante, el partido terminó sin goles, resultado, en el papel, conveniente para los albiazules. La vuelta se disputó el 12 de mayo de 2012 en EstadioStadion De Vijverberg y todo indicaba que los locales mantendrían la categoría, pero el partido terminó empatado a un gol, y por el criterio de gol de visitante Den Bosch logró el ascenso.
Tras el silbatazo final todos los jugadores del De Graafschap estaban deshechos, pero sobresalía la tristeza del capitán Roger Meijer. El líder del equipo se sentó en el suelo en el centro de campo viendo las celebraciones del otro equipo y lamentándose lo sucedido.
De pronto, una pequeñita rubia saltó al terreno de juego con una camiseta del De Graafschap que tenía el número 13 en el dorsal (mismo que portaba Roger) y se acercó para consolarlo. La pequeñita, de aproximadamente 5 años, puso su manita en el hombro izquierdo del futbolista y pronunció algunas palabras de aliento.
La escena conmovió aún más al capitán y terminó por tirarse completamente al suelo con un rostro de tristeza y negación. Se trataba de la hija de Meijer. La niña, a pesar de no tener mucha experiencia en el mundo del fútbol, sabía lo que esto significaba para su padre y no quería verlo sufrir.
Y algunos siguen diciendo que el fútbol sólo es un juego..