Corría el verano de 2006 cuando los responsables de las categorías inferiores del Borussia Dortmund le mostraron la puerta de salida a Marco Reus, un chico de apenas 16 años cuyo sueño era convertirse en futbolista profesional para defender los colores del BvB. Decepcionado, pero con la intención de seguir buscando un camino en el fútbol, inició una larga travesía que lo terminaría llevando al mismo lugar donde inició todo.
Encontró cobijo en el filial del Rot Weiss Ahlen, un modesto equipo a sólo 52 kilómetros de Dortmund. A pesar de que el inicio fue muy complicado, su talento y entrega lo llevaron a hacerse de un lugar en la primera plantilla del club, que en ese entonces estaba en la segunda división del fútbol alemán. Sus grandes actuaciones hicieron llamaron la atención de diferentes equipos de la Bundesliga, fichando por el Borussia Mönchengladbach en 2009. Tres años después de la gran decepción que tuvo por salir del equipo al que alentó y apoyó desde que era un niño, iba a tener la oportunidad de de iniciar una aventura en el máximo circuito alemán.
La primera muestra de que era un futbolista diferente se dio cuando marcó su primera anotación en la Bundesliga. En agosto de 2009, en un partido entre Mönchengladbach y Mainz 05, Reus perforó la portería rival luego de quitarse a cuanto defensor se le puso enfrente en una carrera de más de 50 metros. En ese momento se supo que el escuálido futbolista de pelo rubio era diferente al resto.
Estaba decidido a no quedarse con la etiqueta de promesa. Su idea era trascender y, para ello, tenía que tener la oportunidad de jugar en un equipo que fuera protagonista. Los gigantes no iban a llegar de la noche a la mañana, así que en el proceso se dio cuenta que para trascender, tenía hacer que su equipo trascendiera. El Gladbach, liderado por Reus y Juan Arango, pasó de ser un club que peleaba por mantener la categoría a uno que luchaba por hacerse de un lugar en la UEFA Champions League.
Reus brillaba y la dirigencia de Borussia Dortmund veía a la distancia el grave error que había cometido al dejarlo libre. En 2012, Jürgen Klopp, sabiendo que Bayern Munich estaba interesado en contratarlo, no dudó en lanzarse para convencerlo de que regresara a la que siempre fue su casa. La plática sobró, Reus decidió volver a Signal Iduna Park desde que supo que Klopp lo quería en su plantilla. Tenía un sueño pendiente que cumplir.
Marco había cumplido objetivos, pero no su sueño. No le bastaba con haberse consolidado en la Bundesliga, quería vestir la camiseta del equipo en el que brilló Rosický por más de cinco años, quería defender el escudo del equipo al que vio coronarse campeón de la Champions cuando apenas tenía 7 años, quería jugar con el equipo de sus amores, QUERÍA JUGAR EN BORUSSIA DORTMUND.
Lo lograste, Marco..