Su historia en el fútbol comenzó desde antes que naciera. Apenas comenzó a caminar y su destino parecía estar trazado. Por difícil que parezca, su padre, el gran Diego Simeone, no le impuso el fútbol como muchos podrían pensar. Por supuesto que convivió con el deporte por ser el trabajo y día/día de su padre, pero El Cholo dejó que él tomara sus propias decisiones. «Si se quiere dedicar al fútbol, perfecto, sino en cualquier cosa que haga yo lo apoyaré», decía Diego Pablo cuando su hijo mayor comenzaba a pronunciar sus primeras palabras.
Giovanni lleva el fútbol en la sangre y no pudo evitarlo. Jugó al balón desde que tiene uso de razón y en 2008, justo cuando se padre era DT de River Plate, se incorporó a las inferiores del club millonario. Después, su padre dejaría River, pero él se quedaría luchando por un puesto en el cuadro del Monumental. Su debut llegó en 2013 y, de apoco, ha comenzado a ser un recurrente en el primer equipo de River.
Su actuaciones en la reserva de River y en los minutos recibidos en Primera División le valieron para ser considerado por la Selección de Argentina U20, donde se ha posicionado como el goleador del equipo. Antes de comenzar el sudamericano de la catagoría, Gio declaró que le gustaría ser campeón goleador y está cerca de conseguirlo…
Tras 8 partidos disputados, el ariete de 19 años de edad ha convertido 9 anotaciones, igualando el récord que consiguió un tal Neymar da Silva. De marcar un doblete en el último partido de Argentina en la competencia, el futbolista nacido en Madrid igualaría el récord histórico de la competencia que impuso Hugo Rodallega en 2005.
Así como muchos creen que tener familiares en el medio le ayudó a estar donde está, se tiene que decir que es uno de los jugadores más perseguidos y criticados por la misma razón. Lo que hizo y está haciendo su padre queda ahí, Giovanni lucha, como siempre lo ha hecho, por su propia cuenta.