Hace 11 años uno de los mejores porteros que ha tenido México en toda su historia debutó en la Primera División de México. Francisco Guillermo Ochoa Mañaga hizo su presentación en un América vs Monterrey que se disputó en el Estadio Azteca. Apenas tenía 18 años de edad.
Su historia es curiosa. Siempre disfrutó del fútbol y desde chico se inició en las inferiores del América, pero nunca le dio la seriedad que muchos otros jóvenes. Su debut llegó de forma inesperada, ya que días antes de que fuera convocado para el partido de Liga no era considerado el segundo guardameta del plantel.
La opción del debut se abrió por una lesión de Adolfo Ríos. El entonces técnico del América, Leo Beenhakker, tenía que elegir al sustituto entre dos juveniles: Edgar Hernández y Guillermo Ochoa. Edgar tenía más experiencia y parecía sería el elegido, pero Leo cambió de planes. Una noche previa al partido, el DT holandés, llamó a Ochoa y le dijo: ‘¿Qué es lo que siempre has querido?’, Memo respondió: ‘Jugar en el primer equipo del América’. Leo le contestó: «Ahí lo tienes, aprovéchalo, disfrútalo y diviértete».
El 15 de Febrero de 2004 ante Monterrey, con apenas 18 años, Memo tendría su primer partido en Primera División. El chico destacó y América terminó ganando el partido 3-2. Tras su torneo de debut, Ríos colgó los guantes, pero llegó el argentino Saja, quien terminó marchándose al verse superado por el joven de México.
A pesar de ser muy joven, Ochoa se posicionó uno de los mejores guardametas del fútbol mexicano y se hizo de un lugar en la Selección de México. Tras romperla durante 6 años con el Club América emigró a Europa, convirtiéndose en el primer arquero azteca en una Liga TOP de Europa.
La titularidad en la Selección de México llegó, la rompió a nivel internacional y ahora prueba suerte en España. Las cosas no han salido como lo tenía presupuestado, pero confía en que, con su trabajo, logre salir del momento que vive y pueda consolidarse con el Málaga u otro club.