2 de marzo del 2002, Arsenal se medía ante Newcastle en el siempre complicado St. James Park. Los gunners llegaban al tramo final de la temporada con serias posibilidades de llevarse la Premier League, así que pinchar en el patio de las urracas no era una opción.
Corría el minuto 11, cuando pudimos ver uno de los goles más espectaculares y memorables en la historia del fútbol europeo. El delantero holandés, Dennis Bergkamp, quien vivía su séptima temporada en el club londinense hizo una jugada que todavía emociona a la fanaticada gunner y a los seguidores del buen fútbol.
Vieira recuperó el balón, se lo cedió a Bergkamp y éste abrió el juego con el francés Robert Pires. El jugador galo condujo el baló, tiró una diagonal y habilitó a Bergkamp. The Iceman no dudó y, en la frontal del área, hizo un autopase de espaldas que ridiculizó a Nikos Dabizas. Dennis se acomodó y cruzó a Shay Given con una sutileza técnica escandalosa.
«No ves muchos goles como ese. Fue una anotación increíble. Eres muy afortunado cuando vienes al estadio y ves algo como eso. No solo fue un gol magnífico, también fue muy importante. Lo disfruté mucho», dijo Wegner tras el 0-2 ante Newcastle.