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Iker Casillas sabía que él y muchos de sus compañeros tuvieron una actuación lamentable ante Schalke 04, pero si algo ha aprendido en sus 15 años como futbolista profesional es que se tiene que dar la cara en todo momento. Al final del partido, muchos de los miembros del equipo de Ancelotti se iban a los vestidores, molestos por el papelón. Iker se percató de esto e impidió que continuaran su camino y los mandó al centro del campo para agradecerle a la afición que asistió en el campo. Falló en el terreno de juego, pero no como capitán.
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