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¿Higuita? ¿Neuer? ¿Campos? ¡Felipe Alves! El arquero de Audax Sao Paulo se mandó un exquisito sombre en su propia área ante la presión de un delantero del Ituano. Tras el sombrero el balón se dividió, se lanzó con todo contra otro rival y terminó saliendo con las manos.
No nos queremos ni imaginar cómo se puso el entrenador después de la jugada. El partido estaba empatado 1-1 y solamente faltaban 9 minutos para el silbatazo final cuando a Felipe se le ocurrió mandarse este lujito. La importancia de que la jugada de fantasía no terminara en tragedia fue muchísima, ya que al 91′, Audax marcó el segundo tanto y se llevó el partido.
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