Con 18 años de edad, el canterano madridista Álvaro Morata hizo su presentación en el Santiago Bernabéu. José Mourinho, estratega portugués, lo mandó al terreno de juego en condiciones muy favorables: el partido ante Levante en la Copa estaba 7-0 y aún quedaban 13 minutos para el silbatazo final.
El chico entró y tuvo una ocasión clara que no pudo convertir. Era el debut soñado, pero no logró firmar su primer gol como profesional. A pesar de que el equipo había goleado, Morata se fue cabizbajo al vestidor. El joven delantero sintió que no dejó una buena sensación y que perdió la chance de una presentación inolvidable.
Cristiano Ronaldo, que ya era figura del Real Madrid, marcó un hat-trick ese día, por lo que se llevó el balón del terreno de juego. En el vestidor, el genio portugués se acercó a un triste Álvaro Morata y le obsequió el balón del triplete. CR7 le regaló el esférico del quinto hat-trick de su carrera y le dijo que se tranquilizara, que iba a marcar muchos goles a lo largo de su carrera.
«En momentos en que estaba un poco nervioso, Cristiano era el primero que venía y me tranquilizaba. Lo más bonito que tengo es el balón del día de mi debut contra el Levante, cuando casi meto un gol y me iba a casa un poco mal. Cristiano llegó, me regaló el balón de su hat-trick y me puso tranquilo, me dijo que metería muchos goles», recuerda Morata, futbolista que, poco a poco, se está consolidando con la Juventus.
El otro lado de Cristiano, ese lado del que poco se habla…