Jürgen Klopp es un personajazo. El estratega alemán disfruta, vive y siente el fútbol como pocos. Reclama cada decisión arbitral, motiva a sus jugadores y sus festejos se ganan portadas en la prensa internacional.
El entrenador del Borussia Dortmund volvió a ser protagonista en el partido en el que su equipo venció a Hoffenheim y selló su pase a las semifinales de la DFB Pokal. El cotejo fue especial porque se definió un golazo de Sebastian Kehl, que lleva 14 años jugando en el club amarillo y se retirará en junio, en el tiempo extra.
El gol causó tantas emociones en Klopp que decidió quitarse el sombrero. El DT de 47 años se retiró la gorra/cachucha que llevaba puesta para hacer una reverencia a la tremenda clase que mostró Kehl.
Y eso no fue todo. En cuanto el árbitro hizo sonar su silbato para finalizar el partido, Klopp se lanzó corriendo al campo para hacer una cosa: abrazar a Sebastian Kehl. Klopp quería abrazar a un futbolista que ha vivido de todo con Borussia Dortmund durante 14 años.