14 de abril del 2012, Livorno y Pescara se enfrentaban en un partido correspondiente a la Serie B de Italia. Livorno ganaba 2-0 al minuto 31 de tiempo corrido, cuando el mediocampista Piermario Morosini se desplomó en el césped. Intentó leventarse, pero segundos después volvió a caerse. Se trató de un infarto.
Los futbolistas, miembros del staff y cuerpo arbitral no podían creer lo que estaban viendo. El chcio de 25 años de edad era llevado en camilla a la ambulancia para ser trasldado al hospital. Intentaron reanimarlo, pero resultó imposible. Un infarto fulminante dejó sin vida al futbolista italiano. Apenas comenzaba su carrera profesional y se había adelantado…
La Lega Calcio decidió suspender los partidos de todas las categorías del fútbol italiano y la directiva del club decidió retirar el dorsal 25 como homenaje. El mundo entero estaba conmocionado.
Morisini comenzó su camino por el fútbol en el Atalanta, pasó por el Udinese y jugó con Bologna, Vicenza, Reggina, Pádova y al Livorno. Su vida fuera del terreno de juego fue muy complicada. Su madre falleció cuando él tenía 15 años de edad y su padre perdió la vida un par de años después. A la muerte de sus padres se unió la de uno de sus hermanos. Siendo aún muy joven, Piermario se tuvo que hacer cargo de su hermana discapacitada.
Antonio Di Natale, quien conoció a Piermario en Udinese, se ha hecho cargo de la hermana del ex internacional juvenil italiano desde su triste deceso. El Toto lo describe como un chico excepcional.
«Fue un excepcional compañero, tan lleno de vida. A pesar de todos los problemas que tenía, siempre estaba a disposición del equipo y daba todas sus fuerzas por ello. Perdí a mi madre hace cuatro años, y como él ya había pasado por eso, estuvo a mi lado. Ver por televisión lo que le estaba pasando fue un shock. Quiso levantarse, pero cayó nuevamente. Al ver eso, lo único que puedes hacer es pedir ayuda a Dios. Él amaba la vida y encontrar el éxito, para él y por su hermana».