Su aportación con Borussia Dortmund va más allá de los de los títulos. Aunque logró llevar más trofeos a las vitrinas del conjunto amarillo, Jürgen Klopp hizo algo que muy pocos entrenadores consiguen a lo largo de su carrera: dar identidad a una entidad.
Diversión, innovación, motivación y pasión. Esos eran los principios que trató de seguir desde que llegó al banquillo de Signal Iduna Park. La apuesta era sumamente arriesgada ya que la directiva del BvB contrató a un entrenador que venía de la Segunda División. Sí, Klopp, que actualmente es considerado uno de los mejores entrenadores del mundo, tomó la dirección técnica del Borussia Dortmund luego de no haber conseguido el ascenso con Mainz 05.
Desde que comenzó su aventura en el club amarillo tenía muy claro que el resultado era importante, pero veía aún más significativo generar un fútbol que provocara nuevas sensaciones en los aficionados. Su idea era dejar algo más que el resultado y, después de 7 años, no hay ninguna duda de que lo consiguió.
«Si 80.000 personas vienen cada dos semanas al estadio y en el campo se juega un fútbol aburrido, una de las dos partes, el equipo o los fans, tendrá que buscarse un nuevo estadio. Muchos de nuestros aficionados recorren 800 kilómetros para vernos y vivir algo especial. Hay que ir a todo gas. Lo hemos llamado fútbol a todo gas. Queríamos derrochar vitalidad. Preferíamos dar cinco veces en el larguero que quedarnos cuatro veces sin tirar a la portería. Mejor perder. Ese fue el comienzo. Tienes que vincular a la gente al club. Los partidos deben tener un efecto más allá del resultado. Todo el mundo sabe que se ha ganado 3-1. Pero lo que se siente es el tiro, el gol, la parada: eso lo llevas dentro toda la semana. Si ganas 1-0 y el juego ha sido muy vivo, el fútbol queda legitimado», dijo Klopp hace un par de años en entrevista con el diario El País.
Se fue Barrios, estaba Lewandowski. Götze dijo adiós, ya tenían a Reus. Lewandowski decidió marcharse, se ficha a Aubameyang. El reto de Jürgen siempre fue hacer más con menos. Exigirse, vencer a los monstruos y, sobre todo, DIVERTIRSE.
«No me interesaría tener a Xavi, Messi y Cristiano en el mismo equipo. Ser mejor de todas todas es como si me pongo a jugar al tenis contra una niña de tres años y estoy al otro lado y remato con fuerza y la niña está ahí de pie con la raqueta, no es divertido. Pero si al otro lado hay un hombre y jugamos al ping-pong, si gano está bien y si no gano probablemente me haya divertido», narraba Klopp antes de la final de la UEFA Champions League de 2013.
El fenómeno de Klopp es inusual y esto es provocado porque se recuerda más la forma que el fondo. Los títulos se quedarán las vitrinas, pero la manera en la que los consiguió será recordada por siempre. Títulos, triunfos históricos y el resurgimiento de un equipo que hace 10 años rozó la bancarrota. Un entrenador se encarga de la dirección/instrucción de un grupo de jugadores y Kloppo fue más que eso. Fue más que un DT para Borussia Dortmund..
«Yo no solo quiero ganar….¡también quiero sentir!», así se resume la filosofía de Jürgen Norbert Klopp.