22 años después de su debut como futbolista profesional, Cuauhtémoc Blanco Bravo ha disputado su último partido en la Primera División de México. El partido del adiós fue amargo por dos razones: no lo jugó con el club de sus amores -América- y el resultado final fue una derrota para su equipo.
A pesar de que Cuauhtémoc no se pudo despedir ganando, su legado en el balompié azteca no se mancha ni tantito. El nacido en Tlatilco le dice adiós a la máxima categoría del fútbol mexicano tras 398 partidos, 147 goles y 1 título de Liga. El Cuauh se marcha sin deberle nada a nadie: a ningún club, jugador DT y afición. Un futbolista único e incomparable.
Comenzó con el club de su vida, el América, la rompió con Necaxa, volvió para hacerse leyenda en el América, tuvo un paso fugaz por Veracruz y Santos, y regaló sus últimos destellos de magia con la camiseta del Puebla. Su historia en el Ascenso MX también estuvo llena de éxitos y grands actuaciones. Irapuato, Veracruz, Dorados y Lobos BUAP fueron los clubes que lo pudieron disfrutar en dicha categoría.
Antes de colgar los botines de manera definitiva, Cuauhtémoc Blanco tendrá que encarar un último compromiso. El escenario será espectacular: final de Copa ante uno de los rivales a los que más disfrutó ganarles, Chivas.
Se despide el ÚLTIMO GRAN GENIO DEL FÚTBOL MEXICANO.