Hijo de inmigrantes de la antigua Yuguslavia. Su padre, Sefik Ibrahimovic, es bosnio, y su madre, Jurka Gravic, croata. Creció en Rosengard, un barrio humilde en el que vivían familias inmigrantes. Sus padres se separaron y él vivía con su papá. Pasaba poco tiempo con su madre, pero lo disfrutaba muchísimo.
Escuela y deportes. Era un estudiante regular, no le gustaba pasar mucho tiempo en la escuela. Lo mejor del día era entrenar Taekwondo o fútbol, aunque para llegar a los entrenamientos tenía que hacer cosas que no debía. Su primer equipo de fútbol formal fue el FBK Balkan. El campo de entrenamiento estaba a 3 km de distancia. Zlatan llegaba como podía. El sueco confiesa que, en ocasiones, robaba biciletas para poder llegar a tiempo.
«Cuando necesitábamos algo íbamos a la tienda y lo robábamos. Tenía una gran relación con las bicicletas. También llegamos a robar coches. Era como vivíamos. No lo hacíamos para venderlos o sacar provecho, solamente lo hacíamos», cuenta el máximo goleador histórico de la Selección de Suecia en entrevista para la BBC.
En alguna ocasión le robó, sin darse cuenta, la bicicleta a uno de sus entrenadores: «Lo tomó muy bien. Me pudo haber hecho algo, pero cuando se enteró se echó a reír». Reconoce que su infancia no fue sencilla porque tuvo muchas limitaciones, pero cree que sus días en Rosengard fueron muy felices.
«Vengo de Rosengard. En Suecia se considera un barrio marginado, pero para mí era un paraíso. Crecí allí y tenía muchos amigos. Puedes sacar al chico de Rosengard, pero no puedes sacar a Rosengard del chico. Nadie hubiera pensado que alguien nacido ahí iba a lograr una carrera exitosa en el fútbol», confiesa.
Era un chico adelantado a su edad. Nunca la temió a nada ni a nadie y tenía claro sus objetivos. La gente que lo conoció relata que desde que Ibra era niño se dieron cuenta que llegaría lejos, ya que tenía algo que no muchos tienen: DETERMINACIÓN. «Si se hubiera dedicado al Taekwondo en vez de fútbol, habría llegado lejos, porque tenía una cosa muy importante: determinación. Haga lo que haga tiene determinación. Me dijo que se dedicaría al fútbol y se convertiría en el mejor futbolista del mundo», cuenta el director de su escuela de Taekwondo.