Reclutado desde niño fue, pues un talento y potencial abrumador tenía. Dudas su incorporación generó, ya que en sus ojos se podía sentir miedo y traición. Pese a esto, fue aceptado y su entrenamiento, sin miramientos, comenzó. De su potencial nunca se dudó, y la esperanza sobre su capacidad, con el pasar de los años, creció. Tras años de oscuridad y sequía, el encargado de equilibrar la fuerza parecía había llegado.
Por azares del destino su mentor cambió y, con él, una relación de padre/hijo inició. Bajo su mandato el panorama positivo se pintó, debido a que su talento por fin explotó. Sus condiciones al acérrimo rival hicieron temblar y la paz la puerta comenzaba a tocar. Enemigos en el camino se fueron quedando, y aquel miedo, poco a poco, se iba ocultando.
Tristemente, abajo todo se fue. En su vida control perdió y, al sentirse todo poderoso, su interés cambió. Poco valorado se sentía y, sin darse cuenta, su ambición lo cegaría. El miedo, la ira y el odio su corazón reinaron, y esta mezcla de sentimientos peligrosa en un chico inestable es.
El presagio se había cumplido. Canalizar como se debía el potencial no se pudo. El miedo y ambición de su corazón se apoderó, y la peor decisión de su vida tomó. A pesar de que su mentor todo intentó, su poca fidelidad de manifesto quedó. Por encima de todos quiso pasar y lo vivido pronto intentó olvidar. La fase final se había completado, al lado oscuro se había marchado…
Al lado oscuro de la fuerza, El Elegido, se unió, y el desequilibrio en la galaxia regresó…
Yoda Invictos, adiós por hoy dice, pero pronto más de esta historia contará.
¡INVICTOS TODOS SOMOS!