El 30 de abril de 2008 es un día que Frank Lampard jamás olvidará. Seis días después de que Pat, su madre, perdiera la vida a causa de severa neumonía, marcó un gol que, a pesar de que significaba el pase a la final de la UEFA Champions League, no festejó. Lamps simplemente se tiró al suelo y, con lágrimas en los ojos, volteó al cielo para dedicárselo a la persona que lo apoyó en todo momento.
En una de las semifinales más parejas que se han visto en la última época en la máxima competición de clubes en el mundo, Chelsea se impuso a Liverpool gracias a una gran actuación de Frank Lampard y Didier Drogba. La serie quedó empatada tras 180 minutos y todo tuvo que decidirse en tiempos extra.
Lampard fue el encargado de indicar el camino de la victoria blue luego de hacer efectiva la pena máxima más emotiva de su carrera profesional. El entorno y los sentimientos por el reciente fallecimiento de su madre lo habían superado, pero nunca cedió. El histórico mediocampista inglés mostró un temple único cuando se dispuso a disparar y logró vencer a Pepe Reina. Un tanto con dedicatoria hasta el cielo..
Desde ese momento, todos los goles de Frank son para Pat. Brazos y mirada hacia el cielo.
«Todo lo que hago es dedicado a ella, fue la persona que más me apoyó», declaró Lampard luego de que se convirtiera en el máximo goleador histórico del Chelsea.