Fue su primera gran impulsora. Cuando lo rechazó Sao Paulo por su complexión física, fue ella quien lo consoló y le dijo que siguiera luchando por sus sueños. Le hizo caso y persistió. Logró debutar profesionalmente y, con base en mucho trabajo, se ha posicionado como uno de los mejores defensores del mundo.
Ha jugado en Brasil, Portugal, Inglaterra y Francia, y ella siempre ha estado con él. Lo apoya en los partidos más importantes y suele visitarlo por temporadas largas en sus diversos destinos. Es su soporte y apoyo. Cuando pierde, la única que sabe cómo animarlo es ella.
Si hoy, David Luiz ha consolidado una carrera en la élite mundial, se debe, en gran medida, a que ha contado siempre con el apoyo incondicional de su madre. Cuando algo le sale bien, ella es la primera en felicitarlo, y si algo sale mal, nadie lo respaldará como ella lo ha hecho.
«Tengo un hijo y siempre lo tendré ¡Cabeza arriba y pelota hacia adelante! Dios lo sabe todo! Jesús lucha por nosotros todos los días y aún hay personas que juzgan ¿Quiénes somos para juzgar? ¡Quiénes somos para juzgarte! Te amaré siempre en los buenos partidos y te amaré aún más en los partidos en los que las cosas no salgan bien», escribió la señora Regina cuando David Luiz tuvo un terrible partido ante FC Barcelona.
David asegura que sin el apoyo de su madre no habría llegado a ningún lado: «Lo que he logrado es gracias a ella. Siempre confió en mí. Le agradezco a Dios por la madre y familia con la que me ha bendecido».
Ella es Regina, la seguidora número uno de David Luiz…