En clubes como el Real Madrid las FORMAS siempre importarán. Con José Mourinho, pese a todo lo que comenten los seguidores del portugués, se perdieron. Ganar era lo importante, el cómo pasaba a segundo término. Imágenes que avergonzarían a las más grandes leyendas del Real Madrid se vieron durante los días del portugués en el banquillo del Real Madrid.
Y ojo, que no somos detractores de José Mourinho. El portugués nos parece un estratega magnífico, pero su Real Madrid distó de estar a la altura de todo lo que representa una institución como la de Chamartín.
El deseo de victoria y ganas de romper la hegemonía culé hizo que Real Madrid atentara contra sus propios valores y creencias. Sí, bajo el mandato del Mourinho se consiguieron triunfos que difícilmente se olvidarán, pero con una filosofía y estilo de juego que no va con la grandeza y señorío que caracterizan al club blanco.
Ancelotti llegó a un vestuario con divisiones marcadas, lo unió y trabajó muchísimo para cumplir objetivos desde que arribó. Los días del DT como principal protagonista habían terminado, era el momento de que los jugadores, que hace unos años salían a patear, cortar y buscar el roce ante rivales TOP, salieran a jugar como solía hacerlo el Real Madrid.
El estratega italiano instaló armonía y comunión en un club donde hacía mucho tiempo no había. Los jugadores y aficionados se unieron, y las divisiones bajo su mandato fueron mínimas. El premio al trabajo llegó. Vencieron, con autoridad, al FC Barcelona en la final de la Copa del Rey y se metieron a la final de la UEFA Champions League aplastando al Bayern Munich.
En Lisboa, cualquier cosa podía pasar y, afortunadamente para su causa, LA DÉCIMA llegó. Carletto firmó un temporadón, y lo hizo respetando al club que estaba representando.
El segundo curso arrancó con la Supercopa de Europa en la bolsa. Después vino un récord del fútbol español y Real Madrid, sin ningún temor a decirlo, jugó su mejor fútbol en la última década. El primer semestre de la temporada 2014/15 fue tan brillante que, incluso, se llegó a hablar de un equipo de época.
Llega el receso invernal y todo se comenzó a derrumbar. Las rotaciones no llegaron a su tiempo, FC Barcelona comenzó a recortar distancias y dijeron adiós a la Copa en una eliminatoria que pudo ser para cualquiera. Al final, el resultado fue el peor posible: ningún título de los considerados importantes.
Así como el Real Madrid no es un club que deba ganar como sea, tampoco es un club que se pueda dar el lujo de irse sin nada en un cierre de curso, pero dicho lo dicho, ¿Ancelotti no tenía el crédito suficiente para seguir? Jugadores con él, afición con él y la lección, suponemos, quedó aprendida. Para su mala fortuna, estaba trabajando para una directiva que desconoce el significado de la palabra CONTINUIDAD.
Pero bueno, así es el fútbol, así es el Real Madrid y así es la junta de Florentino Pérez. El madridismo se quedará con La Décima, la Copa que le sacaron al FC Barcelona y la confirmación de un gran año con la Supercopa/Mundialito, pero más allá de eso se tiene que quedar con que, gracias a Carlo Ancelotti, REAL MADRID VOLVIÓ A SER REAL MADRID.